La guerrilla quiere resucitar la noción del mal llamado paramilitarismo

Eso se evidencia con las declaraciones de ‘Iván Márquez’, que dice que crecen sus manifestaciones y que “es una amenaza letal contra la paz y la democracia”, y el Eln hizo incluir en su agenda de negociaciones con el Gobierno, como tema específico, “el desmonte del paramilitarismo”, recuerda Lionel Moreno Guerrero en su columna de El Nuevo Siglo. Pero advierte que eso es porque la guerrilla quiere acabar con las bandas criminales, supuestas “herederas de los paramilitares”, debido a que estas le “disputan el narcotráfico, en particular las rutas hacia el mar y las extorsiones a los cultivadores”. Los insurgentes quieren conservar esos “negocios”, al tiempo que les da una excusa para no entregar las armas y dilatar unas negociaciones que les permiten fortalecerse y obtener ventajas en La Habana.

Ahora que ha muerto Édgar Perea, estamos condenados a no despegar los ojos del televisor o de la cancha

Eso porque, según Jorge Muñoz Cepeda, en su columna de El Heraldo, “no le creemos a ningún otro lo que nos cuenta, porque ya nadie podrá inventarnos un mundo mejor que el real, porque sin él ya no habrá héroes ni batallas ni hazañas, sino hombres comunes corriendo detrás de una pelota”. Este columnista, para quien Perea era un narrador, intérprete e hipnotizador con la voz del trueno, considera que el fallecido locutor deportivo, las imágenes con las que él invitaba a construir “eran muy superiores a las predecibles cosas que en verdad habían ocurrido”, y por eso también dice que era “un mago, un brujo, un proveedor de felicidades imposibles”.

Se equivocó el exfiscal Eduardo Montealegre antes de irse: el pacto de Gobierno y Farc no requiere de refrendación ciudadana

“Cosa distinta es que fruto de las negociaciones se haya acordado hacerlo y que el Congreso haya tramitado una ley estatutaria para establecer esa posibilidad”, aclara Juan Manuel Charry en su columna de El Tiempo. Para este columnista el exfiscal confunde el derecho a la paz con el tratamiento de los delitos políticos, los crímenes de guerra y de lesa humanidad, y porque atribuye a las Farc una condición jurídica que no tiene, de interlocutor del Estado en similares circunstancias a otros Estados, incluso con competencias de reforma constitucional, que no tienen los tratados públicos, mucho menos los acuerdos con grupos guerrilleros.

El concepto de familia ha evolucionado radicalmente y aferrarse a la familia nuclear es tratar de tapar el sol con las manos

Varias realidades, planteadas por Ángela Cuevas de Dolmetsch en su columna de El País, de Cali, dan cuenta de que eso es así, entre ellas, el hecho de que las relaciones sexuales cada día están más distantes del deseo de procrear y los niños nacen por error, dice. “Las madres buscan a veces un padre para ayudarles a sobrellevar el peso económico, pero también son los abuelos y las abuelas las que en tantos casos terminan siendo la familia del niño”, asegura. El panorama es de crisis de la familia nuclear, por lo que se pregunta: “¿Sería del caso regresar a los clanes matriarcales?”, o sea, comunidades madrecéntricas donde es desde la casa que se dirigen todas las actividades tanto lúdicas como sociales y económicas.

Que el primer perdón que pida el Eln sea al ministro del Interior, Juan Fernando Cristo

Así lo plantea Patricia Lara Salive en su columna de El Espectador, después de contar detalles de una entrevista que sostuvo con el funcionario en la que él le cuenta detalles de la relación que sostuvo con su padre, asesinado por el grupo guerrillero. Agrega que lo que él quiere saber es por qué lo asesinaron, quién dio la orden y quién le disparó. “Luego de decir esa verdad, entonces sí que le pidan perdón… Con seguridad, Juan Fernando Cristo los perdona. Porque, si algo constaté en esa entrevista, es que hay dos sentimientos que él parece no conocer: el odio y el deseo de venganza. Y esa misma verdad, y esa misma petición de perdón, se la deben los del Eln, los de las Farc y los demás violentos de este país, a cada una de sus víctimas”.

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