La invitación era con motivo de los 74 años de existencia del Centro de Estudios de Literatura, Filología y Lingüística más prestigioso del continente.

El texto dice: “Abriremos la exposición ‘El Ángel de mi casa’ con moviliario del siglo XIX […]”.

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El error, como todas las deficiencias ortográficas, puede ser común y hasta entendible en el grueso de la población promedio sin mayor formación académica, pero no en una institución con reconocimiento internacional, dedicada, entre otros objetivos, a “promover y adelantar programas y proyectos de investigación en el campo de la filología, la lingüística, la semiótica […]”.

Ante la falla en la redacción de un texto corto, la directora del Instituto, Carmen Millán, le dijo a Noticias Uno:

Uno de nuestros grandes problemas con nuestra propia oficina de prensa es la formación tan deficiente que están recibiendo los jóvenes en ortografía, con la ‘ortografia’ que tienen”.

En medio del bochorno que le causó el hecho de que le señalaran el error en público, agradeció al periodista que se lo hizo notar, y agregó: “Estamos corrigiendo todo el tiempo, al punto de contar con correctores de estilo”.

En realidad, la enojosa situación deja en evidencia dos hechos: de un lado, como dice la directora del Instituto, la deficiente formación que están recibiendo los jóvenes en ortografía; y de otro, que la pita siempre se rompe por el lado más delgado.

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