Como un nuevo paso del Episcopado colombiano de seguir avanzando en los esfuerzos para hacer de la Iglesia Católica un espacio seguro para niños, niñas y adolescente, la institución pidió perdón por los casos de abuso cometidos por integrantes de esa comunidad.

Los obispos reconocen que todo caso de abuso “es un crimen, es un pecado grave, es un delito”.

El reconocimiento lo hacen al cierre de su Asamblea Plenaria, donde abordaron varios temas de la vida eclesial y nacional.

Seguimos asumiendo con firmeza y responsabilidad la debida atención a las víctimas y sus familias. Mantenemos nuestro compromiso para que en cada caso se haga justicia y se promuevan los protocolos de prevención que hagan de nuestras instituciones ambientes seguros y susciten la promoción de la dignidad humana y el encuentro con Dios”, expresó el documento de la Iglesia.

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El comunicado está firmado por el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la Conferencia Episcopal monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, y el obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Manuel Alí Herrera.

Otro tema que tocó la Asamblea fue la migración venezolana, desde el ‘conclave’ escucharon cuidadosamente a los obispos que acompañan y atienden desde las diócesis este fenómeno migratorio.

Advirtieron además que, a pesar de haberse abierto las fronteras, esto no mitiga aún el sufrimiento de quienes migran. Agregan que el desplazamiento interno sigue aumentando internamente en Colombia por causa de la violencia.