La entidad ha estado envuelta en diversas polémicas por los aparentes malos manejos que le ha dado a las instalaciones que expropió a distintos carteles, grupos delincuenciales y personas que lo han obtenido con vicios de ilegalidad.
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Eso volvió a ocurrir en el corazón de Cali, en el piso 13 del edificio La Ermita, en una propiedad de la Sociedad de Activos del Estado (SAE), que había pasado 18 años desocupado y que, en la actualidad, alberga una de las discotecas más deslumbrantes: Narcisa SkyDisco.
Según informó Cambio, dos astutos empresarios de la rumba, José Freddy Villarreal y Ego de Jesús Arango, lograron arrendar este espacio a un precio que ha despertado la atención de las autoridades y colombianos en general.
Según información obtenida por el medio anteriormente citado, el negocio se gestó el 23 de junio de 2023, cuando los 637 metros cuadrados fueron adjudicados a Villarreal por Luis Alfonso Mejía Motato, gerente regional de la SAE. Aunque el canon de arrendamiento se estableció en 5’860.000 pesos mensuales, una ganga comparada con la oferta previa de nueve millones y un contrato a término de 10 años que prevé incrementos anuales basados en el IPC, el trato ha dejado serias dudas.
Para atraer a los inversores, la SAE les regaló a los un periodo de gracia de 15 meses y solo después de ese lapso tendrán que saldar el valor del canon de arrendamiento. Es decir, que en ese tiempo, los arrendatarios se ahorrán 87’900.000 pesos.
El piso 13, que permanecía en obra gris, recibió una remodelación a cargo de los arrendatarios A pesar de que Mejía Motato destacó la mejora del activo, algunas fuentes sugieren que las renovaciones están más orientadas a la operación de la discoteca que al mejoramiento del inmueble, que costó cerca de 800 millones de pesos.
La conexión de los empresarios con la SAE no se limita a la discoteca Narcisa SkyDisco. También son propietarios de La Maldita Primavera, otra reconocida discoteca, cuya sede en Ciudad Jardín también está arrendada en un edificio perteneciente a la SAE, por un precio significativamente menor al valor comercial. Este intrigante entramado ha despertado cuestionamientos sobre los beneficios otorgados a los arrendatarios.
Las autoridades serán las encargadas de esclarecer si estos negocios representan un “negociazo” para la entidad estatal o si hay aspectos que ameritan una investigación más profunda.
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