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El polémico tema del reguetonero paisa, según Ocampo en su columna del diario capitalino, constituye “una causa más de las cien o las mil” que desencadenaron “ese espantoso episodio en el que un muchacho díscolo […] de 38 años y de muy buena familia, secuestró, torturó, violó y asesinó a una niña de siete”.

Pero, ¿cómo entender que dos cosas tan disímiles (una del frívolo mundo del espectáculo y otra de la abominable historia criminal del país) tengan alguna relación? Esta es, quizá, más allá de la crítica que ha recibido la canción y el cantante, la primera vez que alguien la vincula con el execrable asesinato de la niña.

El razonamiento de Ocampo se sustenta en la siguiente línea argumentativa: si bien Maluma no se inventó el machismo ni las ideas perversas sobre la mujer, “sí las está propagando en la red, en las emisoras, en los aparatos que reproducen esta infame canción. Y eso a Maluma debería preocuparlo, al menos un poco”.

El columnista extrae apartes de ‘Cuatro babys’, que para él es “la más ramplona, misógina y arbitraria obra musical que se haya escrito contra la mujer”, de los que concluye que ese tema es zoomorfizante (la hembra como bestia, como animal), refuerza el estereotipo sobre “la propensión femenina a venderse e infantilizarse por asegurar la estabilidad y la buena vida” y fractura en su psiquis a la mujer, escindida en pedazos: “la mujer que es tetas, o culo o vulva. No más. Pero también hay una pelinegra que ‘siempre quiere chichar’, y una pelirroja que ‘chichando es la que más se moja’. En fin”.

Ocampo también advierte que no cree que un artista “deba buscar la función social como objetivo central de su arte, ni dejar mensajes positivos como finalidad, ni construir tejido social, ni hacer patria, ni dejar el nombre de Colombia en alto, ni aleccionar, catequizar o adoctrinar […]”, pero remarca que tampoco cree que cualquier cosa sea arte, “y que por fungir como tal esté exenta de unos llamados de responsabilidad y una rendición de cuentas”.

En ese sentido, “Yuliana cumplía con todas las características de la gente que a través de los siglos la ha pasado más mal en este país: era pobre, era india y encima era mujer. Era un gustico que se iba a dar Rafael, y finalmente las mujeres están ahí para complacer a los varones en sus gusticos. Si no, pregúntenle a Maluma”.

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