“Si se construye, el muro fronterizo de Trump no sería más que un monumento inútil –y muy costoso– a la demagogia xenófoba”: Andrés Oppenheimer

El columnista de El Nuevo Herald argumenta que la inmigración ilegal en Estados Unidos se viene reduciendo por sí sola y expone que “el 66 por ciento de los inmigrantes indocumentados no entran en el país por la frontera con México, sino que llegan en avión como turistas y se quedan más allá de lo permitido por sus visas”, citando datos del Centro de Estudios sobre Migración (CMS, por sus siglas en inglés).

La respuesta es que no hay razón para este derroche absurdo de dinero, más que la necesidad de Trump de mantener su narrativa antinmigrante para complacer a su base política, que incluye a muchos supremacistas blancos”.

El escritor concluye que “los inmigrantes –incluyendo a los mexicanos– son menos propensos a cometer crímenes que los nacidos en Estados Unidos”, entre otras razones, “por miedo a ser deportados”.

En Colombia “hasta la vergüenza de ser señalado como corrupto se perdió”

La afirmación la hace el exministro de Agricultura del Gobierno Santos, Rubén Darío Lizarralde, en su columna en La República, donde menciona y cuestiona diversos casos de corrupción en el sector público, entre otros el de Odebrecht, y que involucran a diversos políticos.

Lizarralde, además, asegura que toda esta situación se está presentando bajo el escudo de la llamada “democracia de Colombia” que, dice él: “Se ha convertido en el sustento de una empresa criminal pública”:

La corrupción en nuestro país ha llegado a niveles que jamás se sospecharon. Ya hasta la vergüenza de ser señalado como corrupto se perdió. Hoy se admira al corrupto que ha evadido o no es sospechoso ante la justicia. Hoy los corruptos son los dueños de los contratos en las regiones y por lo tanto son los dueños de la economía regional que depende de la contratación pública […] La salud, las gobernaciones, las alcaldías, los sectores de infraestructura, son entregadas a grupos políticos para que a través de los contratos recuperen o activen el aparato económico empresarial que nace en una campaña y asegura su resultado empresarial en una entidad pública”.

Extraña la falta de quejas del PSG contra el árbitro del partido en Barcelona

Extraña especialmente en España, donde desde hace tiempo “no se mira al árbitro como un factor de azar, sino como un foco de irritación contra el que volverse cuando se producen contrariedades”, analiza Alfredo Relaño.

Afuera (de España, y quizás de Suramérica), el fútbol se ve diferente: “Muchos ven el error arbitral como algo propio de la naturaleza azarosa del fútbol. Digieren una equivocación decisiva del árbitro como digieren un tiro al palo que frustra un gol bien trabajado y merecido”, destaca el escritor y columnista de As:

Hay quien prefiere la mirada fría de por ahí fuera, yo estoy acostumbrado a la nuestra”.

“Lo de Suárez y Neymar es digno de condena pública”

Eso asegura el comentarista deportivo Antonio Casale, en una columna en El Espectador, de las varias que este sábado han publicado medios sobre el polémico partido de Champions entre el Barcelona y PSG, esta semana.

Según Casale, el arbitraje del encuentro fue “vergonzoso”, no solo por culpa del juez del partido, sino de “la cultura del engaño” que usan jugadores como Suárez y Neymar, es común en el fútbol y avalada por hinchas. “El engaño hace parte del fútbol, es cierto, pero hay engaños éticamente correctos y otros reprochables. Entre los primeros está la gambeta. Jugadas que estratégicamente se pueden o no planear para engañar al rival. Pero el engaño al árbitro, práctica común en jugadores como los citados y que lamentablemente es aplaudida por los hinchas, lleva a errores arbitrales”, expresó el comentarista que luego puntualizó:

No se trata de erradicar la injusticia del fútbol. Las reglas están hechas por humanos y el juego lo practican humanos, lo que de entrada lo hace imperfecto. Pero si los jugadores en la cancha asumieran códigos éticos, los hinchas condenaran el engaño de sus propios jugadores y los directivos le metieran la ficha a la tecnología, seguro tendríamos un deporte más justo, apasionante y que sirviera de espejo para una sociedad necesitada de buenos ejemplos para evolucionar”.

Contra “los horripilantes casos de abusos sexuales” de niños

El editorial de Vanguardia hace un llamado de atención no solo a las autoridades educativas y judiciales, sino a los padres para que estén más pendientes de sus hijos, y se erradiquen estos lamentables hechos contra los menores.

“Quien es víctima de este tipo de delitos sufre daños físicos y psicológicos irreparables y arrastra secuelas de diversa clase a lo largo de su vida ya que se trata de hechos que si bien tienen castigo físico y social para el victimario, el sacrificado difícilmente logra sobreponerse a las consecuencias que en adelante debe cargar consigo”, asegura el medio, que luego recuerda que, si bien los casos más sonados últimamente han ocurrido en Santander, los abusos de menores no son exclusivos de esa zona, por lo que los correctivos contra estas violaciones a los niños deben revisarse en todo el país:

Siendo cierto que en numerosos casos se captura a los abusadores y se les condena a penas privativas de la libertad, desgraciadamente ya han causado inmensos perjuicios a muchos menores. Es necesario que los padres de familia vigilen sin descanso a sus hijos para protegerlos […] No debe olvidarse que en buen número tal tipo de casos ocurren aprovechando el delincuente de giras, campeonatos y eventos varios que se celebran en municipios distintos a los de residencia de los menores. Los planteles educativos y las autoridades estatales que tienen a su cargo el control y vigilancia de aquellos que fungen como profesores de planteles educativos públicos y privados, deben ejercer celosa vigilancia al respecto pues una manzana podrida en un cuerpo de profesores, puede causar un daño irreparable”.

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