Escrito por:  Redacción Nación
Jul 11, 2023 - 9:28 am

Pese a que el embajador de Colombia en Nicaragua, León Fredy Muñoz, pretendió explicar su entusiasta participación en una marcha que celebraba la revolución sandinista ocurrida en julio de 1979, y sus no menos vehementes declaraciones sobre el régimen de Daniel Ortega, el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Álvaro Leyva Durán, lo llamó a Bogotá.

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La explicación que ya dio Muñoz en la Cancillería es que nadie le había advertido que no podía ir a eventos oficiales, sin considerar que no es de eso de lo que se trata, sino de que participó activamente en una manifestación política, y vestido como un militante.

En su labor diplomática, es obvio que un embajador tiene que participar en actividades organizadas por los gobiernos y regímenes ante los que representa al Estado colombiano, pero no mostrarse como simpatizante abierto de ninguno de esos gobiernos o regímenes.

Y menos en el caso de Nicaragua, que demandó a Colombia con la pretensión de hacerse a una significativa porción del mar Caribe. De hecho, las manifestaciones de Muñoz son tanto más delicadas en cuanto este jueves la Corte Internacional de Justicia de La Haya dará su fallo sobre el litigio marítimo.

Para Muñoz, sin embargo, “el relacionamiento del embajador” con el régimen de Nicaragua “debe ser estratégico para poder llevar a cabo la mejor representación de Colombia, la cual tiene que dejar de ser vista únicamente como un símbolo o una figura decorativa”, escribió en un comunicado.

Duras críticas de nicaragüenses al embajador León Fredy Muñoz

Arturo McFields, exembajador de Nicaragua ante la OEA, y que denunció los crímenes de Ortega, dijo en Caracol Radio: “Él [Muñoz] habla en nombre de los nicaragüenses, y él no es embajador de Nicaragua; es embajador de Colombia. Y dice que en Nicaragua existe una revolución, cuando no existe una revolución. Existe una dictadura familiar donde Daniel Ortega es presidente y su esposa, vicepresidente”.

“No es admirable [como calificó el embajador Muñoz al régimen] tener por 16 años una dictadura que encarcela, confisca sacerdotes, empresarios, y, sobre todo, una historia que nos duele mucho: tienen en la cárcel a monseñor Rolando Álvarez, un obispo cuyo único delito ha sido predicar el Evangelio. Para mí, eso no es admirable. Eso es detestable y vergonzoso”, agregó McFields en la emisora.

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Por su parte, Juan Sebastián Chamorro, excandidato presidencial de Nicaragua y uno de los expulsados de ese país por el régimen, que además les quitó arbitrariamente la nacionalidad dejándolos como parias, también se refirió en el mismo medio a las declaraciones del embajador Muñoz.

No hay nada de maravilloso en la dictadura de Ortega: hay más de 50 presos políticos, se ha asesinado a más de 350 personas”, planteó Chamorro en la frecuencia radial. “Hay una contundente denuncia de Naciones Unidas de que Ortega cometió crímenes de lesa humanidad. Hay más de 600.000 exiliados”.

Las declaraciones del señor Muñoz son deplorables, serviles a una dictadura que se ha ensañado contra el pueblo nicaragüense y ha traído solamente tragedia, dolor y muerte. No hay una revolución. Lo que hay en Nicaragua es un proyecto dinástico para entronizar a Ortega, su esposa y sus hijos en el poder”, agregó.

Aparte de la citación que le hizo Leyva a Muñoz, todavía no se sabe con exactitud cuál será el resultado de la entrevista que tendrá el embajador con su jefe.

En todo caso, la decisión que tome el canciller con el embajador le permitirá saber al país el verdadero tono de la relación que quiere mantener el Gobierno de Gustavo Petro con el régimen del país centroamericano, acusado de múltiples violaciones de los derechos humanos, además de constituir una verdadera amenaza para la integridad territorial de Colombia por sus pretensiones en el mar Caribe.

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