Escrito por:  Redacción Bogotá
Abr 28, 2024 - 1:41 pm

Este 28 de abril se conmemoran 20 de años de uno de los episodios más dolorosos de la historia de Bogotá: la tragedia de los ’21 Ángeles’.

En 2004, sobre la avenida Suba, una máquina retroexcavadora cayó sobre el bus 12 del colegio Agustiniano Norte, provocando la muerte de 21 niños y 2 adultos, y dejando heridos a cerca de otros 20 estudiantes que se transportaban en la ruta escolar.

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Sergio Andrés Polanía es uno de los sobrevivientes de esta tragedia y, en diálogo con Citytv, recordó cómo fue el momento de angustia y desazón que sintió su familia, teniendo en cuenta que en el primer reporte del accidente apareció en la lista de fallecidos.

“La primera persona en ser notificada fue mi papá por medio de mi tía, que estaba escuchando por radio la noticia. En ese primer reporte hubo una confusión y de la información que se publicó yo aparecía como fallecido. Para mi papá fue totalmente desastroso”, dijo el hombre de 27 años en el medio citado.

Tal y como detalló Polanía, que en el momento de la tragedia tenía 7 años, su familia duró 3 largas horas creyendo que estaba muerto; sin embargo, hubo una llamada desde un hospital que les regresó el alma al cuerpo.

“La situación agravó por el hecho de que a esa edad, en ese momento, yo no podía reconocer los números telefónicos de mis papás, ni siquiera cuáles eran sus trabajos”, precisó.

Y agregó: “Fue un trabajo en conjunto de las enfermeras, intentando obtener información de mi parte para saber en dónde realmente se ubicaba mi papá e informarle que yo estaba en un hospital“.

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Sergio Andrés, que viajaba en la tercera fila del bus del Agustiniano Norte junto a dos compañeros, recapituló los hechos e indicó que un hombre de tez morena fue quien lo rescató entre los escombros y que desde ese día no lo volvió a ver.

Solo puedo recordar el golpe que me di en la cabeza con la baranda de la silla de enfrente. Al lograr girar hacia mi izquierda, una de las latas del bus me separó de mi compañero, no podía escucharlo ni nada. A la derecha estaba mi otro compañero recibiendo los vidrios que estaban cayendo”, indicó.

Y finalizó diciendo: “Veo una persona al fondo acercándose, corriendo hacia mí para treparse al bus y poderme sacar. En la camilla me preguntaba que si estaba bien y yo respondí que solo me dolía la cabeza. Después de eso no volví a saber de él”.

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