Por: El Espectador

El Espectador es el periódico más antiguo del país, fundado el 22 de marzo de 1887 y, bajo la dirección de Fidel Cano, es considerado uno de los periódicos más serios y profesionales por su independencia, credibilidad y objetividad.

Este artículo fue curado por Gustavo Arbelaez   Abr 29, 2024 - 11:59 am
Visitar sitio

El descaro de la delincuencia en Bogotá no deja de sorprender a los capitalinos. Si bien la ciudad no es ajena a los hurtos en iglesias, llamó la atención la actitud de un delincuente, quien antes de consumar un robo en un recinto religioso en Nicolás de Federman, asistió a la eucaristía y posteriormente ingresó a la zona donde guardan las ofrendas, persignándose como cualquier feligrés que entra al recinto a rezar. En su lugar se llevó la caja de ofrendas con el dinero recogido en la colecta del buen pastor.

Así lo dio a conocer Hernán Zuluaga a La FM, sacerdote de la iglesia Corpus Cristi, donde ocurrió el hurto el pasado viernes 26 de abril. El clérigo contó que las cámaras develaron que el ladrón estuvo presente en la misa de las 8:00 de la mañana y, posteriormente, volvió pasadas las 12 del medio día para llevar a cabo el robo.

(Vea también: Asesinan a joven vigilante que se opuso al robo de autopartes en Los Mártires)

“En ese momento entra, mira que no hay nadie en la iglesia, toma la urna y sale por la puerta principal”, indicó el sacerdote a la emisora. En los videos del hurto se observa, además, al sujeto echarse la bendición antes de entrar a la sacristía, de donde sustrajo la urna de ofrendas.

Más adelante se le ve a al hombre salir campante del recinto y caminar tranquilamente hasta su automóvil con el botín en mano. “No sabemos cuánta plata hay en las urnas, las abrimos cada mes. En meses anteriores hemos recogido un millón, o millón quinientos. Esta vez puede haber más por la colecta del buen pastor”, añadió el cura.

Entre tanto, las autoridades están en la búsqueda del sujeto que cometió este hurto, a la vez que la iglesia toma nuevas medidas para evitar que episodios como estos vuelvan a repetirse, lo claro es que, como dijo el padre, “nunca se piensa que vayan a robar a una iglesia”, pero como está el contexto de seguridad en Bogotá, esto, lastimosamente, no es de extrañar.

LO ÚLTIMO