La misiva se la envió a los manifestantes que se oponen a la iniciativa que en días pasados presentó el presidente Alberto Fernández porque, dijo, el criminalizarlo “solo ha permitido que los abortos ocurran clandestinamente en cifras preocupantes”. En ese momento el mandatario también dijo que crearía un programa para fortalecer la atención integral de la salud en la mujer durante el embarazo.
El pontífice se mostró de acuerdo con las protestas y dijo que “el problema del aborto” no es un asunto “primariamente religioso sino de ética humana”, anterior a “cualquier confesión religiosa”.
Luego, retomó la frase que había dicho en 2018, en la que comparó el aborto con el acto de contratar a un sicario:
“Y hace bien hacerse las dos preguntas: ¿es justo eliminar una vida humana para solucionar un problema? ¿Es justo alquilar un sicario para solucionar un problema?”.
Francisco lo expresó en un manuscrito que hizo llegar, a través de la diputada opositora Victoria Morales, a un grupo de mujeres de barrios pobres de Buenos Aires que habían pedido a Francisco, en otra carta, interceder contra el proyecto que busca legalizar el aborto.
Justamente, sectores antiaborto, entre ellos la Iglesia católica, la evangélica y organizaciones civiles convocaron marchas y caravanas este sábado en “Buenos Aires y 500 ciudades” de Argentina en rechazo al proyecto.
En Buenos Aires y pese a una gran tormenta, la convocatoria fue en la tarde frente al Congreso, donde se prevé que la semana próxima comience el tratamiento del proyecto de ley en la Cámara de Diputados.
“Es una convocatoria espontánea en la que esperamos a cientos de miles de personas del país que están a favor de las dos vidas”, dijo el pastor Jorge Gómez, director ejecutivo de Aciera, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de Argentina, una de las organizaciones que participarán en las manifestaciones.
“Es inoportuno que se trate (el proyecto de ley) en un momento de crisis sanitaria por la pandemia y cuando la sociedad argentina necesita unidad para resolver problemas estructurales como la pobreza”, explicó el pastor Gómez.
“No estamos de acuerdo en interrumpir una vida que comienza desde la concepción, somos una mayoría celeste, ya que según últimas encuestas un 70% está en contra de este proyecto de ley. Esta mayoría debe de ser escuchada”, añadió.
En el país de mayoría católica y donde nació el papa Francisco, es la novena vez que un proyecto de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) se presenta en el Parlamento.
Pero solo en una ocasión, en 2018, llegó al recinto, donde fue aprobado en Diputados pero rechazado en el Senado. Esta es la primera vez que el proyecto es enviado por el Ejecutivo.
En Argentina el aborto sólo está permitido en caso de violación o peligro para la vida de la mujer, legislación que rige desde la década de 1920.
Fernández dijo que busca garantizar “que todas las mujeres accedan al derecho a la salud integral”. Al mismo tiempo, impulsa la creación de un “plan de los 1.000 días”, para fortalecer la atención integral durante el embarazo y de los hijos en los primeros años de vida.
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