La baguette francesa, uno de los emblemas culinarios y sociales de ese país, fue inscrita este miércoles en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco.

De corteza crujiente y miga esponjosa, la baguette es un producto relativamente reciente: apareció a principios del siglo XX en París. Actualmente es el pan más consumido en toda Francia.

Cada año se venden unas 6.000 millones de baguettes, lo que significa que unos 12 millones de consumidores la piden en las panaderías cada día. Cada barra pesa unos 250 gramos aproximadamente.

Más que el producto en sí mismo, la Unesco premia con esta distinción el “savoir-faire”, la manera particular de elaborar, amasar y hornear esta barra de pan que ha sufrido, como tantos otros éxitos culinarios franceses, de los abusos de la industrialización.

(Vea tambiénEstudiantes colombianos usan vocabulario correcto, pero se rajan en ortografía, según pruebas de Unesco).

Lee También

Esta inscripción “celebra también toda una cultura: un ritual diario, un elemento que estructura las comidas, un sinónimo de intercambio y de convivencia”, señaló la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay.

Es un reconocimiento para la comunidad de los panaderos y pasteleros“, explicó Dominique Anract, presidente de la Confederación francesa que agrupa a esos artesanos de la harina y la levadura.

Unesco premió a Colombia gracias a un saber ancestral

La Unesco inscribió esta semana en su listado otras dos tradiciones ancestrales latinoamericanas.

Uno es el conocimiento ancestral de los indígenas colombianos que habitan en la Sierra Nevada de Santa Marta, un vasto territorio que va desde el nivel del mar hasta los 5.770 metros de altura.

Esa región está habitada por los pueblos autóctonos Kogui, Arhuaco, Wiwa y Kankuamo, depositarios de un conjunto de saberes y tradiciones que supone una herencia “transmitida a nuestros descendientes”, explicó la Unesco.

La cerámica negra que se fábrica en los poblados chilenos de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca, cuya materia prima está en peligro de desaparecer por la explotación forestal, también fue reconocida por el organismo de la ONU.