Ocurrió en un vuelo de Turquía a Rusia, donde a 45 minutos del despegue la mujer de 50 años falleció, sin que el personal de cabina pudiera prestarle alguna ayuda, informa Mirror.

Según su esposo, ella decidió dejar la insulina en la maleta porque había recibido una inyección apenas una hora antes del vuelo y ninguno de los dos pensaba que su condición fuera a empeorar en ese lapso.

Cuando se descubrió que la mujer no tenía signos vitales, la tripulación decidió acostarla en el pasillo y cubrirla con una sábana mientras llegaban al destino final, pues el piloto decidió no hacer un aterrizaje de emergencia.

Aunque las jeringas y objetos cortopunzantes no son permitidos a bordo, los pacientes que necesitan cargar consigo mendicamentos inyectables pueden hacerlo si prensentan un permiso médico, añade el Daily Mail.

De acuerdo con el medio, a pesar de que la posibilidad de que un pasajero muera en el vuelo no es tan alta, las tripulaciones están instruidas para mover el cadáver a un asiento vacío en clase ejecutiva o en otra fila donde pueda permanecer lejos de la vista de los demás, mientras algunos aviones más grandes cuentan con un espacio para cadáveres, donde pueden ser colocados.

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