El hombre, de 36 años, fue declarado culpable de homicidio culposo y crueldad infantil, luego de que forzara a su pequeño hijo a comer gacha de avena, en hechos que sucedieron el 27 de noviembre del año pasado, informa Mirror.

El padre le insistía a su hijo para que comiera, pero durante el forcejeo, el niño se asfixió. En ese momento, el hombre tuvo que llamar a los servicios médicos porque la mezcla de avena, leche y pan bloqueó sus vías aéreas y llegó a sus pulmones.

Los paramédicos, que llegaron 10 minutos después del llamado, encontraron al niño tirado en el piso. Según ellos, el infante estaba frío, su corazón se había detenido y no tenía signos vitales.

Por un veredicto contundente de 10 a 1, el hombre fue condenado a cárcel luego de un juicio de 17 horas y 39 minutos. Sin embargo, en un par de años podrá salir libre y su nombre no será asociado con la muerte del pequeño.

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