Con cascos, escudos y chalecos antibalas, militares y policías venezolanos impidieron este miércoles el avance de miles de opositores que intentaron llegar a las sedes del Consejo Nacional Electoral (CNE), para exigirle acelerar el proceso de un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro.

Los uniformados de la Policía y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) bloquearon el paso en las rutas que llevan a la sede principal del CNE en Caracas, en uno de cuyos sectores incluso lanzaron algunos gases lacrimógenos, aunque sin mayores incidentes, constataron periodistas de la AFP.

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Los gases alcanzaron al gobernador y excandidato presidencial Henrique Capriles, denunció la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

“Reprimieron con bombas lacrimógenas y perdigones la marcha convocada hasta el CNE, y agredieron” a Capriles, señaló un reporte de la MUD.

Los gases frenaron el avance de los opositores, tras lo cual policías y militares formaron una barricada que los obligó a volver al punto de partida en Bello Monte (este).

“El pueblo quiere cambio, sus trampas sólo fortalecen nuestra determinación”, expresó Capriles, quien, portando una gran bandera de Venezuela, encabezó la marcha en Caracas.

Tras el incidente, Capriles escribió en su cuenta de Twitter que se encontraba bien.

La MUD, que controla el Parlamento, acusa al CNE de ser un aliado del gobierno y de usar “tácticas dilatorias” para evitar que el referendo se realice este año.

“El gobierno es tan cobarde que le tiene miedo al pueblo, no permiten que avancemos (…) No queremos mostrar ningún vestigio de violencia, es una marcha por la paz”, declaró el jefe de la bancada parlamentaria de la MUD, Julio Borges.

Once estaciones del metro fueron cerradas en prevención de incidentes en Caracas, según reportes de vecinos y la prensa local. En el centro, distante de las marchas de los opositores, otros miles de chavistas marchaban contra una ley de vivienda aprobada por la oposición.

El pasado 3 de mayo, la MUD entregó 1,8 millones de firmas al CNE para pedir la activación del referendo, aunque la ley exige poco menos de 200.000 (1% del padrón electoral), y el lunes vencía el plazo para que el CNE contabilizará ese mínimo.

La oposición exige que el CNE continúe el siguiente paso del proceso y convoque a los firmantes a validar sus rúbricas con la huella dactilar, lo cual debe hacerse en un lapso de cinco días.

AFP

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