A diferencia de los bancos o las tradicionales compañías de comercio o servicios que, al igual que los periódicos, viven su propia revolución digital, el periodismo parece que quiere renunciar antes de tiempo a los millones de lectores que aún buscan un periódico para leer.

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Al menos esto es lo que dice Luiz Enríquez, Consejero Delegado de Vocento, quien opinó para ABC de España que la gran diferencia con otras áreas de la industria es que “los demás sectores en dificultades no sufren de trastorno de la personalidad” y no buscan transformar sus negocios en centros de desarrollo tecnológico como equivocadamente lo quieren hacer algunos portales de noticias.

Me pregunto por qué para acreditarnos como consumados expertos digitales nativos es necesario desconsiderar a los millones de lectores diarios (…) que cada día comprenden la realidad a través de nuestros caducos y denostados periódicos”, dice Enríquez.

Y traslada la discusión a un terreno en el que convergen todos los medios que hoy buscan un sitio en Internet: La calidad de los contenidos.

Es curioso que vayamos a dejar de preocuparnos por nuestro valor añadido, los contenidos informativos, esos que las grandes compañías tecnológicas ansían”, explicó el analista.

Al parecer, por más que exista un convulsionado cambio de formatos y surjan nuevos trabajos y profesiones derivados de la especialización del Internet, o que las empresas quieran pasar a terrenos lejos de sus capacidades y límites, lo cierto es que es la información, sobre todo, los contenidos relevantes y oportunos, son los que harán la verdadera diferencia sin importar si son medios digitales nativos o medios en proceso de transformación al formato digital.

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