“Estamos preparados para imponer sanciones con consecuencias masivas” que van mucho más allá de las aplicadas en 2014, cuando Moscú anexionó Crimea, afirmó un alto cargo de la Casa Blanca que pidió el anonimato, en palabras recogidas por AFP.
“Ya no se trata de una respuesta gradual. Esta vez comenzaremos por la parte superior de la escala (de sanciones) y nos quedaremos en ella”, amenazó.
Estados Unidos planea, según esta fuente, prohibir la exportación a Rusia de tecnología estadounidense y “potencialmente algunos productos fabricados en el extranjero que entran dentro de las regulaciones estadounidenses”. (Vea también: Joe Biden advierte que hay 8.500 militares listos para hacerle frente a tensión con Rusia).
“Las opciones de control de exportaciones que estamos considerando con nuestros aliados asestarían un golpe duro a las ambiciones de (el presidente Vladimir) Putin de industrializar su economía y afectaría a áreas que son importantes para él, por ejemplo, la inteligencia artificial, las computadoras cuánticas, la defensa, el aeroespacial y otros sectores clave”, detalló el funcionario.
También aseguró que Rusia se vería afectada por fuertes sanciones financieras y que, en este ámbito, hay una “convergencia alentadora” con los europeos.
El presidente estadounidense Joe Biden ya dio a conocer que evalúa prohibir a los bancos rusos las transacciones en dólares, la moneda imperante en el comercio internacional.
El funcionario también mencionó un punto delicado: el suministro de hidrocarburos rusos, y en particular de gas natural.
Los europeos temen que Rusia cierre el grifo. Y es que el gas natural ruso supone más del 40 % del suministro de la Unión Europea.
“Creemos que estamos preparados para encontrar suministros alternativos que cubran una mayoría significativa de los posibles cortes” en la entrega de gas ruso, y esto hasta la primavera, aseguró el alto funcionario.
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