Por eso, el británico John Bitmead cumplió el deseo de más de un nostálgico al crear un carrito con ese diseño infantil, pero con la capacidad de desplazarse a una velocidad máxima de 112 kilómetros por hora, como informa Independent.

La construcción del atractivo vehículo tomó más de mil horas de trabajo, una inversión cercana a las 4.000 libras (algo más de $ 14 millones), y dado que pretende ser lo más fiel posible al diseño infantil, no tiene ventanas.

Simplemente pensé que sería maravilloso hacer algo como eso, pero real”, comentó el creador del prototipo.

El carrito, por supuesto, no está pensado para ser comercializado (por ahora), pero será conducido por Bitmead de pueblo en pueblo para recoger dinero, que será destinado a niños de escasos recursos.

Este video, creado por BBC, muestra al carrito en acción:

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