Después del terremoto, ese país desarrolló metodologías originales para ayudar a los constructores a diseñar edificaciones con sistemas de dispersión de energía más eficientes, recoge Crónica.

Por causa del movimiento, casi 70.000 edificaciones de la ciudad se vinieron al piso porque una parte del lecho seco del antiguo lago de Tenochtitlán cedió debido a la vibración, lo que a su vez dejó un saldo inicial de 7.000 personas muertas, que luego se incrementó a 35.000, explica el portal History.

Dice History que los rescatista lograron encontrar con vida a 4.000 persona horas después del temblor; incluso, hallaron a 3 recién nacidos con vida casi 3 días después de la tragedia, bajo los escombros del Hospital Juárez.

El relato también destaca que la reacción del gobierno central para aceptar ayuda internacional fue tardía, y solo comenzó a llegar días después del terremoto de aquel 19 de septiembre de 1985.

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