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Para quienes operan este servicio público, el alza se quedó cortica para hacer viable el servicio, teniendo en cuenta los incrementos que han tenido todos los insumos, lo que la llevaría a valer $ 4.200.
Así lo confirmó Juan Gonzalo Merino, presidente de la Asociación de Transportadores del Valle de Aburrá (Asotransvaa), quien aseguró que la canasta de transporte se desequilibró en los últimos dos años, primero con las variaciones del dólar, que influye en la compra de aceites, lubricantes y repuestos que no se comercializan en Colombia y luego con la dura alza de los combustibles que se ha registrado en el país. Además, luego de la pandemia la cantidad promedio de pasajeros disminuyó en un 30 % porque muchos compraron vehículo y otros se quedaron en teletrabajo.
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“Para definir esa estructura tenemos en cuenta los repuestos, las llantas, la tecnología, los valores de los conductores y su seguridad social y hasta de unos kilómetros. Al analizar todo eso, a nosotros nos dio $ 4.000 y a la Secretaría de Movilidad le dio $ 4.138”, explicó el líder gremial.
Con esos valores, el aumento de la tarifa debía ser $ 1.350 más costosa. Ese salto tan abrupto, aseguraron los expertos, hubiera golpeado la economía de los usuarios y los hubiera alejado más del transporte público.
Los estudios para hacer la mesa de concertación para definir el valor del pasaje se hizo con base en la Resolución 4350 de 1998, en la cual se analizaron los costos variables, los fijos, el capital y otros gastos.
De acuerdo con el estudio de la Secretaría de Movilidad de Medellín, los costos variables consumibles para un bus modelo 2011, el más común en la actualidad, ascienden a los $ 2.573 por cada pasajero, teniendo en cuenta los valores de los combustibles, aceites, llantas y sueldo del conductor, como principales rubros.
A estos costos variables se le suman los costos de servicio de atención, entre los que se encuentran las lavadas, lo que a cada pasajero le debería costar $ 523.
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Los valores fijos que vale cada pasajero asciende a los $ 461 y los de capital valen $ 510. Finalmente, los otros rubros que deben pagar los transportadores tienen un valor de $ 69. En todos los análisis de estos valores no solo se tiene el costo estipulado por cada pasajero, sino que también se tienen en cuenta los kilómetros que recorre cada bus y los tiempos que el automotor se encuentra estacionado.
Al ver que por cada pasajero hay $ 1.000 perdidos y que mensualmente se movilizan en cada bus que circula por el Valle de Aburrá 4.975 personas, en promedio, se estima que cada automotor tenga un faltante de $ 60 millones en todo el año.
“Con este déficit se tiene que sacrificar utilidad por mantenimiento, o se sacrifica seguridad por mantenimiento, o se sacrifica pago de cuotas, o se sacrifica sostenibilidad de las familias, porque bajó la demanda y subieron los costos de operación”, explicó Merino.
A esto se suma que con el paso de los años se envejezcan los vehículos sin posibilidad de que estos puedan ser cambiados por unos más modernos, situación que puede acabar por distanciar a los usuarios, teniendo en cuenta el incremento de los costos del servicio de transporte sin hacer efectiva la modernización.
En el mercado los buses se cotizan, nuevos, entre $ 430 y $ 530 millones, de acuerdo con sus características y que cumplan con la especificación ambiental de las autoridades, que sería con combustible diésel euro 6. Ya si se quiere trabajar con algo más amigable con el medio ambiente, como son los vehículos eléctricos, el más económico está en 190.000 dólares ($748 millones).
Para no tener que llegar a estas instancias, los transportadores hacen la solicitud a las autoridades locales de que busquen una manera de subsidiar el transporte público mediante un fondo de estabilización, el cual, de momento, no está previsto.
“Tenemos ejemplos en Brasil y México donde antes no se le daban subsidios al transporte público y después de la pandemia tuvieron que darles auxilios para no afectar drásticamente la economía de los usuarios”, dijo Merino.
Mientras se puede llegar a un acuerdo con la Alcaldía y el Área Metropolitana, los empresarios piden que la nueva tarifa esté vigente solo en el primer trimestre, mientras se evalúan los costos y se considera un nuevo pasaje.
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