Era el regreso de Dunga al Rose Bowl, el mismo estadio donde 22 años atrás levantó la copa de campeón mundial, como capitán de Brasil.

E igual que en aquella final, amarillos y azules empataron sin goles, solo que en esta ocasión, Dunga vio el partido desde el banco, y el trofeo está lejos.

En el primer tiempo, Brasil mostró pinceladas de ‘jogo bonito’, con paredes, toque, elaboración de juego y remates al arco rival.

Ecuador arrancó el partido con ímpetu, presionando a los pentacampeones del mundo y explotando las bandas para generar sus oportunidades.

Al cierre de la primera parte, el árbitro Julio Bascuñán había amonestado a Casemiro (minuto 18), Elías (35′) y Gil (38′), todos brasileños.

En la segunda mitad, primó el juego fuerte, el ritmo fue diferente, mucho más cortado, y las tarjetas fueron para los ecuatorianos: Paredes (47′), Enner Valencia (77′) y Jaime Ayoví (86′).

La polémica aterrizó al quedar abierta la discusión de si el balón había rebasado o no la línea de gol en un lance previo a un gol en la meta de Brasil que el árbitro no dio por válido.

En el cuarto partido de la primera edición de la Copa América en la que se va a utilizar la tecnología del ojo de halcón para decidir si la pelota ha entrado o no en la portería, la jugada de la discordia se produjo en esa misma línea de gol, pero no entre los tres palos.

A los 66 minutos de juego, el ecuatoriano Miler Bolaños centró un balón desde la izquierda que, tras dar en el poste y en el meta brasileño Alisson, se coló en la portería.

El árbitro chileno, tras observar que el asistente había levantado la bandera, decidió no dar por válido el gol, que en ese momento habría supuesto una ventaja de 0-1 para Ecuador

Así formó Brasil:

Así formó Ecuador:

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