Entre cócteles legendarios y relatos míticos: El Barón, el alma secreta de la Plaza San Pedro Claver

En el corazón de Cartagena, la Plaza de San Pedro Claver resguarda secretos del pasado y del presente, fusionando historia y vida cotidiana. En este lugar, recientemente, dos amigos—Juan Pablo Tettay y quien narra—decidieron detenerse en las mesas al aire libre de un bar emblemático, dejándose envolver por la constante brisa marina. La atmósfera, animada por músicos callejeros, realzaba el placer de degustar cócteles sofisticados, opción elegida para ese encuentro con la ciudad.

El primer cóctel, Ruby, se mostró tan enigmático como complejo. Sus ingredientes incluían vodka, vermut de uva Isabel, Campari, amaro de mora criolla, corozo y bitter de toronja; una mezcla de sabores intensos, amargos y especiados, capaces de sintonizar con la energía artística de la plaza. Por otro lado, el Perla, elección de Juan Pablo, proponía una sinfonía dulce y cremosa: crema de limón, leche de coco, maíz perlado, chocolate blanco y marañón, mostrando la diversidad y creatividad presentes en la carta.

La atención de ambos no fue capturada únicamente por la calidad de las bebidas. Los portavasos, objetos generalmente utilitarios, aquí funcionaban también como elementos de colección y detonadores de relatos. Según Juan David Díaz, figura relevante del bar, estos portavasos componen parte de la leyenda de El Barón, un personaje cuyo barco, en sus supuestas travesías, habría servido de escenario para encuentros memorables con figuras literarias como Ernest Hemingway o Truman Capote. La narrativa de El Barón, aunque situada entre mito y realidad, añade capas al ambiente y experiencia de este rincón cartagenero.

Aun sin conocer en persona a El Barón, los visitantes tuvieron la oportunidad de dialogar con “la tatuadora de sirenas”, una figura emblemática del bar. Gracias a ella, accedieron a la bitácora de viajes de El Barón, documento considerado fundamental para comprender el espíritu y las historias que definen el lugar, proporcionando información de primera mano e invitando tanto a la emoción como a la reflexión.

Un claro ejemplo del magnetismo del bar y la ciudad es Luna Orellano. Desde temprana edad, Luna experimentó una inquietud artística, explorando diferentes caminos antes de hallar su vocación tras la barra de este lugar tan cargado de leyendas. Con estudios en diseño gráfico y publicidad, jamás visualizó que la coctelería pudiese resultar su medio de expresión artística. Sin embargo, su pasión por los sabores y la disciplina que ha sido su escudo, la llevaron a encontrar en la creación de cócteles el espacio ideal para conjugar arte y oficio. La historia de Luna refleja cómo el bar trasciende su función habitual, convirtiéndose en escenario de transformación personal y profesional para quienes lo habitan.

¿Quién fue El Barón y por qué su figura es tan significativa para este lugar?
El papel de El Barón constituye el corazón mítico del bar en la Plaza de San Pedro Claver. Según testimonios obtenidos en el propio establecimiento, su leyenda ha sido tejida a través de intervenciones de personas cercanas como Juan David Díaz, quien relata que El Barón fue un capitán cuyas travesías inspiraron relatos de encuentros supuestamente con escritores como Hemingway y Truman Capote. Aunque estos relatos oscilan entre la historia y la ficción, enriquecen la identidad del bar, dotándolo de un aura distintiva mientras alimentan la curiosidad de visitantes locales y foráneos.
Esta construcción mítica distingue al bar de otros espacios similares en Cartagena, pues no solo ofrece bebidas únicas sino que convoca a los comensales a sumergirse en una narrativa viva, invitando a descubrir historias, personajes y recuerdos en cada detalle, desde los portavasos hasta la interacción con quienes allí trabajan.