Vacaciones y pantallas: claves para un uso seguro y equilibrado de la tecnología en niños y adolescentes

Las vacaciones, usualmente asociadas con descanso, diversión y ciertas indulgencias, han adquirido en tiempos recientes una característica particular: el incremento significativo del tiempo dedicado a pantallas digitales. Según datos suministrados por Unicef, es común que durante estas semanas los niños y adolescentes pasen entre dos y cuatro horas adicionales diarias frente a dispositivos electrónicos. Este fenómeno es aún más notorio si se tiene en cuenta que, mientras los jóvenes se encuentran fuera del horario escolar, los padres mantienen sus obligaciones laborales, dejando a los menores con mayor autonomía sobre el uso de la tecnología.

Tal situación ha llamado la atención de las autoridades y expertos, quienes consideran fundamental promover prácticas que conduzcan a una “navegación” segura, consciente y equilibrada. El programa Ciberpaz del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) enfatiza la importancia del acompañamiento emocional y recomienda el diálogo frecuente en el núcleo familiar, así como la promoción de la ciudadanía digital. Juan Diego Galindo, psicólogo con experiencia en pedagogía, subraya que el ejemplo de los adultos en el uso de dispositivos incide directamente en la conducta de los niños. Por ello, es preferible construir acuerdos claros sobre cuándo corresponde utilizar la tecnología y cuándo es necesario desconectarse, en lugar de imponer prohibiciones estrictas.

Entre las orientaciones prácticas provistas por Ciberpaz, se destaca la regulación de los tiempos de conexión. Galindo sugiere buscar un equilibrio, de modo que al tiempo dedicado a pantallas se le corresponda el mismo espacio para actividades físicas, creativas o sociales. Se advierte, además, sobre la importancia de fortalecer la privacidad digital revisando los controles de seguridad y limitando tanto la información compartida como el uso de la ubicación en tiempo real. Importante es considerar la madurez emocional antes de entregar un celular a un menor —lo ideal es esperar hasta los 13 años, dependiendo del contexto familiar.

Durante el receso escolar, las interacciones en comunidades digitales y juegos en línea suelen incrementarse, lo que puede conllevar riesgos de exposición a comentarios ofensivos o conflictos en la red. Por tanto, fomentar el respeto y educar sobre la importancia de reportar situaciones de violencia digital resulta clave. Además, se destaca la necesidad de acompañar el uso de la inteligencia artificial, recordando que estas herramientas automatizadas no sustituyen el apoyo emocional humano y que la familia debe informarse antes de permitir su uso, vigilando de cerca qué datos comparten los menores.

Finalmente, fortalecer el pensamiento crítico y la alfabetización digital resulta esencial para que los menores puedan identificar información confiable, detectar contenidos falsos y comprender la trascendencia de su huella digital. Estas prácticas, según el especialista Galindo, configuran una ruta integral de aprendizaje, descanso y bienestar. Más allá de la tecnología, advierte que la creatividad, la imaginación y la capacidad de análisis se nutren fundamentalmente de experiencias humanas: leer, conversar, jugar y explorar el entorno.

¿Qué es la ciudadanía digital y por qué es relevante durante las vacaciones?

En el contexto del auge del tiempo de pantalla durante las vacaciones, surge la inquietud sobre el sentido y la relevancia de la ciudadanía digital. Este concepto, aludido por el programa Ciberpaz y por especialistas como Juan Diego Galindo, se refiere al conjunto de competencias, actitudes y normas necesarias para interactuar responsablemente en entornos digitales. Incluye desde la identificación de riesgos en línea hasta el ejercicio del respeto por los demás y la gestión consciente de la propia información.

Durante el receso escolar, la enseñanza y la práctica de la ciudadanía digital adquieren una importancia especial, ya que el aumento de la autonomía y exposición digital exige a los menores reconocer límites y tomar decisiones informadas. Así, fomentar un ejercicio responsable de la tecnología no solo protege a los niños y adolescentes, sino que contribuye a crear comunidades digitales más seguras y empáticas.