Ejército le celebró los 100 años a veterano de la guerra de Corea que vive en Medellín

Después de hacer un conteo de 10 en 10, hasta llegar a 100, Jesús Alberto Guzmán apagó las velas de su torta de su centenario cumpleaños. Este hombre, un veterano de la guerra de Corea en la década del 50, festejó esta fecha en compañía del Ejército Nacional al que representó en el país asiático y del cual continúa haciendo parte de su reserva activa en condición de sargento primero.

Su torta blanca, que tenía su fotografía de combatiente, unas flores y una decena de velas que representaban cada década de vida, sirvió para el acto de cumpleaños y homenaje dentro de su casa, en una esquina del barrio Belén, en la comuna 16 (Belén), en el suroccidente de Medellín.

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Después de todos los actos de celebración en compañía de sus familiares y amigos, que le sacaron las lágrimas a este veterano combatiente, el comandante de la Cuarta Brigada del Ejército, general Juan Carlos Fajardo, empezó con la entrega de los obsequios para reconocer su labor en el Lejano Oriente entre 1950 y 1954.

Lo primero fue darle el escudo de armas y una moneda de la unidad militar, la cual únicamente se le entrega a los soldados que cumplieron de manera sobresaliente con la labor asignada.

Tras esta entrega de obsequios, el comandante militar y el veterano de guerra cruzaron algunas palabras, donde el adulto mayor le contaba todas sus anécdotas vividas durante su época como combatiente.

Posteriormente le hicieron llegar un gorro del uniforme de la época, con el cual recordó las palabras de reconocimiento que le entregó en su momento el general Douglas MacArthur, un militar estadounidense y que participó en los primeros años de esta guerra que enfrentó a Corea del Norte y Corea del Sur.

Como si fueran pocos los honores recibidos por su labor, a este centenario combatiente le enviaron unas palabras los oficiales de reservas del Ejército, las cuales por su emotividad le sacaron varias lágrimas. También le rindieron homenaje los militares por la Guardia de Honor como muestra de respeto y admiración por su trayectoria militar.

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No faltó el espacio para la eucaristía religiosa, en la que recibió la comunión, y hasta mariachis tuvo en su casa para celebrar que en medio de tantas luchas, en los campos de batalla y en la vida misma, el sargento primero Guzmán pueda contar que vivió sus primeros 100 años dando la vida por el país.