Valle del Cauca logra histórica reducción de feminicidios en 2025, pero persiste el desafío de la violencia intrafamiliar

El Departamento del Valle del Cauca experimentó una significativa reducción en la violencia de género durante 2025. Según datos recolectados del primero de enero al 22 de noviembre, se registraron nueve feminicidios, una cifra que representa una disminución del 70% en comparación con los 30 casos reportados el año anterior. Este descenso ha sido valorado como un avance notable por las autoridades locales, aunque reconocen que la meta aún está lejos de cumplirse.

Guillermo Londoño, secretario de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Valle del Cauca, enfatizó la necesidad de no conformarse con esta mejora y continuar reforzando las acciones de protección. Su postura refleja la convicción de que los esfuerzos institucionales deben consolidarse y ampliarse para lograr impactos aún mayores y más sostenibles en el tiempo, y así salvaguardar de manera más efectiva la vida de las mujeres en el departamento.

La asesoría de la Secretaría de la Mujer, representada por María Grace Figueroa, respalda esa visión, señalando el fortalecimiento de una mesa interinstitucional dedicada a afrontar las distintas formas de violencia de género en la región. La iniciativa busca integrar diversas entidades para fomentar una respuesta articulada y persistente ante el problema, superando los esfuerzos individuales y dispersos que han demostrado ser insuficientes.

En ese contexto, las autoridades recalcan la importancia de que toda la sociedad participe activamente en la protección y denuncia, considerando que cada avance, por significativo que parezca, puede ceder ante la persistencia de las violencias estructurales si se relajan las medidas. Además, la sensibilización y la educación continúan siendo componentes clave dentro de las estrategias adoptadas por las instancias gubernamentales.

No obstante, el panorama general sigue siendo motivo de preocupación. Así lo evidencia el incremento de denuncias de violencia intrafamiliar contra miembros de la comunidad LGBTIQ+ (Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transgénero, Intersexuales, Queer y más). Hasta la fecha, las autoridades han recibido 50 denuncias de este tipo, un dato que, según la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, exige atención individualizada y medidas específicas de intervención. La mandataria subrayó que realizarán visitas domiciliarias a los afectados para comprender mejor el contexto de cada caso y decidir las acciones adecuadas desde una perspectiva informada y empática.

Los funcionarios coinciden en que, pese a las cifras alentadoras en feminicidios, la protección integral de mujeres y personas de identidades diversas sigue siendo una prioridad. Insisten en la importancia de denunciar cualquier acto de agresión, pues solo de esta manera se podrán prevenir nuevos casos y, posiblemente, impedir pérdidas irreparables. El llamado se extiende, entonces, a mantener la vigilancia y la solidaridad frente a todas las manifestaciones de violencia, entendiendo que el problema requiere de un abordaje colectivo y persistente para su erradicación en el mediano y largo plazo.

¿Por qué se habla de violencia intrafamiliar como un problema estructural?

La violencia intrafamiliar es considerada un fenómeno estructural porque no solo implica agresiones físicas o verbales dentro del seno familiar, sino que se relaciona con patrones culturales, sociales y económicos arraigados en la sociedad. El abordaje de este problema trasciende acciones individuales o respuestas punitivas, demandando la participación de múltiples sectores y la transformación de imaginarios sociales alrededor del género y la diversidad.

Según las autoridades del Valle del Cauca, la articulación interinstitucional y la vigilancia permanente buscan precisamente atacar las raíces estructurales de la violencia. El incremento de denuncias provenientes de sectores históricamente vulnerados, como la población LGBTIQ+, evidencia la urgencia de consolidar mecanismos de protección y prevención más incluyentes y eficaces, reconociendo que la violencia intrafamiliar afecta no solo a las víctimas directas, sino al bienestar de toda la comunidad.