Petro lanza alerta: acusa injerencia de EE.UU. en el software electoral y reaviva debate sobre fraude

El presidente Gustavo Petro ha reavivado el debate sobre la integridad del sistema electoral en Colombia, poniendo en el centro de la discusión el papel de la Registraduría Nacional del Estado Civil, organismo dirigido por Hernán Penagos. Según declaraciones de Petro, recogidas por El Espectador, la Registraduría habría permitido la injerencia de Estados Unidos en los comicios nacionales, lo cual –de acuerdo con el mandatario– constituye la antesala de un posible fraude. Sus señalamientos surgieron tras la publicación de una imagen que mostraba el logotipo de la embajada estadounidense en Bogotá junto al de otras instituciones como Naciones Unidas, la Policía colombiana y la Secretaría de Transparencia, entidad adscrita al Ejecutivo.

El presidente fue enfático al criticar que el software de la Registraduría esté, según su perspectiva, condicionado o al menos intervenido por agentes externos, especialmente de los Estados Unidos. Esta acusación fue difundida por Petro a través de un mensaje en redes sociales, donde expresó que “la registraduría deja que se intervengan nuestras elecciones en sus softwares por los EEUU, eso sí se llama preparar un fraude”. Para fundamentar sus preocupaciones, el jefe de Estado recordó que ya había alertado anteriormente sobre la presunta carencia de garantías en el proceso electoral previsto para 2026, subrayando una falta de preparación institucional para blindar los comicios frente a eventuales irregularidades.

Frente a estas aseveraciones, Hernán Penagos, registrador nacional, y la Procuraduría, liderada por Gregorio Eljach, rechazaron cualquier insinuación sobre debilidades estructurales del sistema electoral. Ambos dirigentes han insistido en que los procesos están resguardados y cuentan con mecanismos de vigilancia reforzados, entre los que sobresale la presencia de observadores internacionales. Destacaron el compromiso de la Unión Europea para participar en la supervisión electoral desde el mes de enero, así como la colaboración de otras organizaciones especializadas en monitoreo democrático, lo cual, aseguran, incrementa la transparencia y credibilidad de los escrutinios.

No obstante, la controversia persiste, dado que la presencia de organismos y banderas extranjeras sirvió para alimentar los cuestionamientos de Petro sobre la autonomía de la Registraduría. En el portal web del organismo, se exhiben logos de entidades internacionales y nacionales –incluyendo Naciones Unidas con su Oficina contra la Droga y el Delito, la Policía y la Secretaría de Transparencia– en los apartados destinados a denuncias, lo que, según fuentes como El Espectador, se explica por la cooperación entre agencias para velar por la limpieza del proceso.

Aun así, Petro ha sostenido que desde el exterior, especialmente desde Estados Unidos, existirían supuestos planes para influir en los resultados electorales mediante la compra de votos y otras prácticas ilícitas. Estas denuncias, reveladas el pasado 21 de noviembre, se enmarcan en la línea de críticas que el presidente ya había dirigido a funcionarios y congresistas estadounidenses, alimentando así un clima de escepticismo respecto a la soberanía electoral del país.

Por ahora, la Registraduría, representada por Penagos, opta por afirmar de manera constante su compromiso con la seguridad electoral y con las múltiples estrategias implementadas para preservar la confianza ciudadana en el proceso de 2026, sin proporcionar respuestas directas a las más recientes afirmaciones del presidente.

¿Qué papel desempeñan los observadores internacionales en las elecciones colombianas?

La presencia de observadores internacionales en los procesos electorales de Colombia es una de las estrategias citadas por la Registraduría y la Procuraduría para reforzar la transparencia. Según los datos de El Espectador, organizaciones como la Unión Europea han manifestado su intención de acompañar la supervisión de los próximos comicios nacionales desde las etapas iniciales, garantizando la imparcialidad y credibilidad de las votaciones.

Estos observadores actúan de manera independiente y verifican que los procedimientos se ajusten a estándares internacionales. Aunque su participación busca generar confianza, las declaraciones recientes del presidente Petro sobre la posible injerencia extranjera en el sistema, subrayan la importancia de garantizar que la observación permita transparencia sin vulnerar la autonomía colombiana. ¿Hasta qué punto la vigilancia internacional puede fortalecer o, por el contrario, poner en tela de juicio la soberanía electoral?