Murió Sansón, el perro del Ejército que cayó en un campo minado que habría sembrado el Eln
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Visitar sitioEl animal resultó herido durante un operativo en Yondó (Antioquia), en la mañana del pasado jueves 10 de julio. Su acción salvó la vida de 36 soldados.
El Cuerpo de Ingeniero Militares del Ejército informó este miércoles 16 de julio la muerte del perro Sansón, adscrito al Ejército y que había sido gravemente herido tras caer en un campo minado en el municipio de Yondó.
“Con profunda tristeza informamos que nuestro canino Sansón ha fallecido… Su olfato fue escudo, su valentía, ejemplo. Honor y gloria por siempre”, comentó la entidad en su cuenta de X.
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Los hechos en los que Sansón había resultado herido ocurrieron cerca de las 10:00 de la mañana del jueves 10 de julio, cuando una fuerte explosión sacudió la vereda La Raya, jurisdicción del municipio de Yondó.
Una nube negra envolvió al pelotón de soldados que realizaba operaciones de reconocimiento, alertando sobre el alto riesgo en la zona por la presencia de explosivos.
En medio del caos, el soldado profesional Carlos Eduardo Beleño González buscaba a su compañero más leal, su binomio canino: Sansón, un belga malinois de cinco años, entrenado para la detección de explosivos.
Arrastrándose entre la maleza y con una de sus patas destrozada por la explosión, Sansón respondió al llamado de su guía. El canino había activado el artefacto mientras lo detectaba. Sin embargo, esta acción salvó la vida de los 36 soldados.
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El artefacto habría sido instalado por integrantes del Frente Édgar Amílkar Grimaldo Barón, del Eln, en un punto de alto tránsito comunitario.
Tras ser estabilizado y sacado de la zona de combates, Sansón se estaba recuperando en una clínica veterinaria especializada donde estaban tratando su pata amputada así como otras lesiones. Sin embargo, estas se agravaron y casi una semana después le causaron la muerte.
“Los grupos armados no miden el impacto de su intención de afectar a la tropa”, expresó con firmeza el guía de Sansón, mientras sostenía una mirada aún marcada por el dolor. Esta frase encierra una verdad cruda: los explosivos no solo ponen en riesgo a la Fuerza Pública, sino que amenazan a cualquier ser vivo que transite por el área.
El caso se suma a las graves consecuencias que dejan grupos ilegales, no solo contra víctimas humanas, sino contra animales. Recientemente, los terroristas del Eln llenaron a un burro con explosivos en Valdivia, también Antioquia, y lo hicieron explotar. Además del cuadripedo, el incidente dejó a una persona sin vida.
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