¡Histórico avance vial en Risaralda! Galicia estrena intersección y promete cambiar la movilidad local

En la región de Risaralda, uno de los proyectos más esperados toma un paso crucial con la puesta en operación parcial de la intersección de Galicia, obra vinculada al programa Vías del Samán. A partir de este mediodía, se habilitarán dos glorietas y un paso a desnivel, facilitando el acceso directo al sector de Galicia y eliminando la necesidad de desplazarse hasta el retorno cercano al hotel Sonesta para ingresar a esta zona, según reportó El Diario.

Si bien la comunidad celebra el avance tangible y el alivio inmediato que representa sobre la movilidad en la vía Pereira-Cerritos, fuentes del programa Vías del Samán aclararon que el proyecto aún no concluye en su totalidad. Restan por ejecutarse obras relacionadas con los andenes, la ciclorruta y zonas verdes, componentes fundamentales para la seguridad de peatones y ciclistas, así como para la integración paisajística del corredor vial. Los responsables estiman que estas labores pendientes culminarían en febrero del año próximo, confirmando un significativo retraso frente al cronograma original.

El impacto de la intersección de Galicia aborda dos problemáticas históricas de este punto vial. En primer lugar, resuelve los recurrentes y prolongados congestiones vehiculares que se formaban en el antiguo retorno de Galicia. En segundo término, la infraestructura busca reducir la alta accidentalidad registrada en la zona, tragedias que cobraron la vida de numerosas personas al intentar cruzar la avenida, de acuerdo a los registros conocidos por la comunidad local. El avance de esta obra es visto, así, como una respuesta esperada tanto por transportadores como transeúntes, que han padecido por años la inseguridad y la falta de soluciones en este tramo.

Por otra parte, la intersección de Galicia representa la segunda intervención activa dentro del programa Vías del Samán en Risaralda, aunque, como se advierte, podría ser la única completada a plenitud. Esto obedece a que el programa carece actualmente de recursos para finalizar la construcción total de la doble calzada La Romelia-El Pollo y tampoco hay certeza sobre el financiamiento de la doble calzada Cerritos-La Virginia, lo que sitúa a Galicia como un caso particular dentro de las grandes obras viales del departamento.

Respecto a La Romelia-El Pollo, hace algunos meses comenzó la edificación de unos tres kilómetros de doble calzada dentro de este estratégico corredor, con una inversión superior a los 210 mil millones de pesos. Según declaraciones de los voceros de Vías del Samán, los trabajos continúan con la estabilización del terreno mediante anclajes entre los kilómetros 0 y 1. Esta fase resulta esencial, ya que garantizará la seguridad estructural para los usuarios de la vía una vez se concluya en su totalidad. Como dato importante, hasta el momento las labores no han requerido cierre total de la carretera, lo que ha facilitado la movilidad a pesar de los trabajos en curso.

En cifras, la intersección de Galicia, sumando otros aspectos del proyecto, ha superado los 50 mil millones de pesos en inversión, destacándose como un referente en infraestructura vial para la región. La expectativa ahora se centra en el cierre definitivo de todas las intervenciones y en la obtención de recursos que permitan la ampliación de otras obras prioritarias.

¿Por qué la financiación de las obras viales como las dobles calzadas sigue siendo un reto constante para los programas de infraestructura?

Muchos lectores se preguntan por qué, aun con la evidente necesidad y los enormes beneficios que aportan los proyectos viales, la consecución de fondos para completar estas obras sigue siendo una dificultad recurrente. En contextos regionales como el de Risaralda, los presupuestos resultan limitados y suelen priorizarse aquellas intervenciones que demuestran un impacto inmediato, como la intersección de Galicia. Sin embargo, la falta de planeación a largo plazo y la dependencia de nuevas fuentes de recursos pueden derivar en retrasos y obras inconclusas, lo que a la postre afecta la movilidad, la seguridad y el desarrollo económico local.

Este reto financiero no solo es local, sino que se refleja en muchas iniciativas de infraestructura donde la gestión de recursos, el acceso a créditos o la asignación presupuestal estatal determina el ritmo y alcance de los proyectos. De ahí que la pregunta sobre la sostenibilidad de la inversión en vías sea tan relevante para los ciudadanos y los tomadores de decisiones.