Nuevo capítulo en la ONU: Hugo Escobar llega como embajador alterno y Zalabata sigue al frente por Colombia

Colombia se prepara para concretar el ingreso de Hugo Escobar Fernández de Castro como embajador alterno en la Misión Permanente ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York. La noticia fue dada a conocer por la Presidencia, que publicó la hoja de vida del jurista, quien cuenta con una amplia trayectoria en el ámbito judicial como magistrado auxiliar tanto en la Corte Constitucional como en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). No obstante, pese a que la página oficial de la Presidencia anunciaba el cargo como embajador titular ante la ONU, la Cancillería precisó que Escobar ocupará la posición de embajador alterno, mientras que Leonor Zalabata, la primera mujer indígena en desempeñarse en ese cargo, continuará como embajadora principal, según confirmó El Espectador.

Leonor Zalabata alcanzó un hecho histórico al convertirse en la primera mujer indígena en representar a Colombia ante la ONU. Al mismo tiempo, la designación de Escobar en calidad de embajador alterno se produce luego de que Juan José Quintana, antiguo jefe de Misión ante la ONU, fuera trasladado a Uruguay durante la pasada Asamblea General. De acuerdo con la información difundida por El Espectador, la salida de Quintana coincidió con eventos que habrían generado molestias al presidente Gustavo Petro, como el puesto número 24 que se le asignó en la lista de oradores, situación que tuvo repercusiones en plena Asamblea.

La llegada de Escobar coincide con tres situaciones clave para la diplomacia colombiana. En primer lugar, el próximo año Colombia asumirá un asiento como miembro no permanente del Consejo de Seguridad para el periodo 2026-2027. En segundo lugar, el cargo de embajador alterno tiene una función central en la relación con el Consejo de Seguridad, órgano que recientemente evidenció divisiones internas, originadas por Estados Unidos. Tales diferencias influyeron en la extensión del mandato de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, clave para supervisar la implementación del Acuerdo de Paz, aunque bajo presiones estadounidenses se eliminaron funciones relacionadas con la verificación de las sentencias restaurativas ordenadas por la JEP y el seguimiento al capítulo étnico del acuerdo de 2016.

Como reseña El Espectador, este contexto da especial importancia a la llegada de un jurista con experiencia en el tribunal de paz. El tercer factor es la tensión diplomática entre los presidentes Gustavo Petro y Donald Trump, agravada por la revocatoria de la visa estadounidense al mandatario colombiano tras declaraciones públicas en Nueva York, y su posterior inclusión en la denominada lista Clinton, junto al ministro del Interior y la primera dama.

Sobre Hugo Escobar Fernández de Castro, su hoja de vida detalla que es abogado de la Universidad Javeriana y tiene una maestría en derecho público de la Universidad Carlos III de Madrid. Desde mayo de 2025 ejerce como magistrado auxiliar de la Comisión Nacional de Disciplina Judicial, y entre 2018 y diciembre último cumplió funciones similares en la JEP, donde investigó casos de ejecuciones extrajudiciales en Dabeiba. En junio de 2023 fue víctima de un ataque contra su vehículo de protección, mientras se encontraba en Medellín en un encuentro con víctimas.

Su experiencia también abarca cinco años en la Corte Constitucional, así como funciones previas en el Consejo Nacional Electoral, consolidando una trayectoria directamente relacionada con el sistema judicial y los procesos de paz en Colombia. La precisión sobre el cargo de Escobar, indicada por la Cancillería, responde a una actualización relevante, dada la publicación inicial que sugería que reemplazaría a Zalabata, lo cual fue posteriormente corregido.

¿Por qué la función de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia es tan relevante?

Esta pregunta surge por el rol destacado que la Misión de Verificación de la Organización de Naciones Unidas desempeña en el seguimiento al cumplimiento del Acuerdo de Paz firmado en 2016. De acuerdo con los reportes de El Espectador, la reciente decisión del Consejo de Seguridad, influenciada por presiones de Estados Unidos, excluyó competencias fundamentales para la Misión, como la supervisión de las sentencias restaurativas de la Jurisdicción Especial para la Paz y el seguimiento al capítulo étnico.

La importancia de esta Misión radica en su función imparcial para verificar compromisos esenciales para la consolidación de la paz. Su desempeño ha sido considerado por distintos actores como un elemento de confianza y transparencia frente a la comunidad internacional y las víctimas, por lo que cualquier limitación en sus atribuciones podría tener repercusiones notables en la implementación y la percepción pública del proceso de paz colombiano.