De una botella de guayaba al comedor universitario: 25 años de solidaridad en el Quindío

La historia de la Fundación Providencia 2000 es un testimonio vivo de solidaridad y compromiso social que ha transformado la vida de innumerables estudiantes. Hace veinticinco años, el sacerdote italiano Agostino Abate, impulsado por su vocación de servicio, convirtió un gesto sencillo en un proyecto de enorme impacto. Según relata Crónica del Quindío, Abate presenció una escena que marcó un antes y un después en su labor: un joven estudiante, sin dinero suficiente para su almuerzo, improvisaba una comida exprimiendo guayabas con agua en una botella en las instalaciones de la Universidad del Quindío. Este encuentro llevó al sacerdote a preguntarse por las necesidades reales de los estudiantes y, en respuesta, fundó un comedor comunitario, que posteriormente se transformó en el emblemático comedor universitario de la Fundación Providencia 2000.

El camino de Abate hasta llegar a Armenia, Quindío, fue resultado de una búsqueda personal de sentido. Tras formarse en la Pontificia Universidad de La Santa Cruz en Roma, conoció a un sacerdote oriundo de la región quien le propuso cambiar el despacho por la labor directa entre las comunidades más vulnerables de Colombia. Así, Agostino Abate inició su trabajo en Pijao y en diferentes municipios, atendiendo a niños y jóvenes de barrios populares como Las Colinas, Salvador Allende y Providencia. Esta experiencia cimentó su convicción por fortalecer el tejido social, sumándole luego su trabajo en la Universidad del Quindío, donde la problemática estudiantil lo llevó a establecer el comedor universitario que hoy celebra un cuarto de siglo de funcionamiento.

El nombre de la Fundación Providencia 2000 surge, como él mismo explicó, de la unión de dos momentos clave: el año 2000, fecha en la que lograron formalizar el proyecto y acceder a convenios con entidades privadas; y “Providencia”, el nombre del barrio donde inicialmente emprendieron labores comunitarias. Esta doble raíz refleja el profundo vínculo del proyecto tanto con su propósito inicial como con la evolución y crecimiento que ha vivido a lo largo del tiempo.

A lo largo de veinticinco años, la Fundación ha mantenido una operación constante e ininterrumpida. La colaboración de distintas rectorías de la Universidad del Quindío y la inversión en infraestructura —como la reciente adquisición de un horno multifuncional— han permitido mejorar el servicio y llegar a cada vez más estudiantes. De acuerdo con Agostino Abate, en 2023 lograron asistir a más de 1.050 estudiantes, cifra que incrementa anualmente. Además, extendieron la entrega de refrigerios a estudiantes de jornada nocturna y colaboraron en la alimentación durante eventos institucionales y los Juegos Nacionales realizados en el Quindío.

Una nueva iniciativa destaca en sus planes: el traslado del “ropero solidario” al campus principal en 2026. Este programa, que hoy opera en el barrio Providencia, recolecta, selecciona y entrega prendas a estudiantes, apoyado por voluntarios que lavan y organizan la ropa para su redistribución.

De esta manera, la Fundación Providencia 2000 no solo nutre el cuerpo, sino también la esperanza y el futuro de cientos de jóvenes universitarios del Quindío, consolidando un modelo de intervención social basado en la empatía y la constancia.

¿Cómo funciona el ropero solidario en la Fundación Providencia 2000?

El ropero solidario es una de las iniciativas complementarias de la Fundación Providencia 2000 para apoyar a los estudiantes más allá de la alimentación. Actualmente, este programa opera en la sede del barrio Providencia y consiste en la recolección de prendas donadas, las cuales son seleccionadas, lavadas, planchadas y etiquetadas con la colaboración de voluntarios.

Este sistema permite que ropa en buen estado circule entre los universitarios, quienes pueden acceder a ella de manera solidaria. El objetivo para 2026 es trasladar el ropero a las instalaciones centrales del comedor estudiantil, facilitando el acceso y la entrega directa para quienes más lo necesitan dentro del campus de la Universidad del Quindío.