Apareció esposa de Miguel Uribe con buenas señales y un pedido especial para seguidores

El senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay permanece en “condición clínica de máxima gravedad”, informó este martes 17 de junio la Fundación Santa Fe, en Bogotá, donde está ingresado el político. Sin embargo, un gesto de su esposa, María Claudia Tarazona, que hizo durante la mañana a través de los ventanales del hospital, hace pensar que habría una posible mejoría en su estado.

Poco antes, la Fundación informó que Uribe Turbay “continúa en la unidad de cuidados intensivos, con manejo multidisciplinario con soporte y monitoreo hemodinámico y neurológico. Persiste su condición clínica de máxima gravedad, con pronóstico reservado”.

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El senador fue sometido el lunes a una cirugía de urgencia “para intervención neuroquirúrgica de urgencia por evidencia clínica e imagenológica de sangrado intracerebral agudo”. Tras salir de la intervención, los médicos informaron que la condición del paciente estaba “caracterizada por edema cerebral persistente y sangrado intracerebral de difícil control”.

La esposa de Miguel Uribe Turbay pidió luego del procedimiento, “a cada uno de los colombianos nuevamente, apelando a su buen corazón, al amor que sienten por Miguel, por mi familia y por Colombia, que hagamos una oración masiva”. Aseguró que su marido “está librando la batalla más difícil que habíamos transitado hasta el día de hoy”.

Durante la mañana de este martes, después de que se informara sobre el estado del político, María Claudia Tarazona envió un mensaje a través de sus redes sociales en el que expresó: “De la mano De Dios, con la ayuda De Dios, con el amor que te mantiene vivo, va a volver a suceder! Te amo amor de mi vida”.

Y unas horas después, en medio de la expectativa que hay en Colombia por la recuperación del precandidato, María Claudia se acercó a los ventanales de la Fundación Santa Fe, como suele hacerlo para agradecer el apoyo de los ciudadanos y a veces unirse en oración con ellos, para hacer un gesto que da esperanza.

La esposa de Miguel Uribe se agachó y miró a una persona. No se oyó su voz, pero se entendía que decía “mejor”, alzando sus pulgares y sonriendo. Luego se levantó, saludó a las personas que permanecen afuera y volvió a levantar los pulgares.