El drama de una modelo y su bebé víctimas de una cruel arrendadora

Si bien Ana María Cristancho le contó a Pulzo.com que desde hace tres meses acordó con la dueña que desocuparía el apartamento, ubicado en La Selfita (Fontibón), la joven explica que no ha encontrado todavía un lugar adecuado para mudarse debido a varios inconvenientes que surgen a la hora de acordar un alquiler:

Yo estoy al día con el arriendo, pero la señora pide que le desocupe porque piensa remodelar. Lo que pasa es que tengo una bebé de dos años que está enferma. Vivo con mi mamá, una adulta mayor, mi esposo, un hermano y dos gatos. Por eso me ha sido difícil encontrar un lugar adecuado para vivir”.

Además, la desesperada mujer cuenta que tampoco están muy bien económicamente en este momento y eso también hace la diferencia a la hora de alquilar otro predio.

En medio de esta serie de dificultades, Cristancho dice que como ya se cumplió el plazo la dueña ha tomado restricciones que hoy afectan a su familia, especialmente a la bebé.

En un descuido ella metió a un albañil que ya nos tumbó media pared y prácticamente nos quitó la escalera para subir a la terraza. Nos cambió la puerta y las guardas y no nos quiso dar llaves. Anoche (jueves) mi esposo llegó de trabajar y no pudo entrar. Le tocó pedir posada donde la mamá”, comenta.

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La joven cuenta que para evitar que el albañil siguiera entrando ella decidió poner un candado en su puerta, lo que enfureció a la arrendadora. Tal sería el pleito que la policía tuvo que intervenir pero, según ella, fue peor la cura que la enfermedad.

Los policías vinieron y lo que hicieron fue burlarse en mi cara por la situación. Hasta dijeron que mi caso era para que hiciera una telenovela”.

Para demostrar la actitud desafiante del uniformado, la mujer grabó un video que ya circula por redes sociales:

Por ahora, Cristancho, que actualmente también trabaja como maquilladora, dice que no ha podido salir ni a la tienda porque “amenazaron” que si salía no la volvían a dejar entrar.

Por eso, pide ayuda de las autoridades para que la dueña le dé una espera mientras consigue otro espacio. Nada más.

Pulzo se comunicó con la arrendadora Johanna Suesca, que aunque reconoció el inconveniente con sus inquilinos no quiso pronunciarse sobre el tema: “Ahorita estoy trabajando. Llame después”.