División, renuncias y encuestas: la crisis del uribismo que sacude la antesala presidencial en Colombia

La reciente controversia dentro del Centro Democrático, partido fundado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, ha puesto en primer plano la complicada situación de Miguel Uribe Londoño, quien asumió la curul de su hijo, el asesinado senador Miguel Uribe Turbay, en agosto pasado. A pesar de contar con el respaldo del propio Uribe, su incorporación al partido no ha estado exenta de tensiones, marcadas por la percepción de su llegada como algo reciente y no completamente alineado con la corriente dominante del uribismo, según reporta Crónica del Quindío.

La crisis alcanzó un nuevo punto este jueves, cuando el Centro Democrático anunció mediante un comunicado la supuesta renuncia de Uribe Londoño al partido y a su proceso interno de elección de candidato presidencial. De acuerdo con la nota oficial, el abogado Abelardo de la Espriella —precandidato presidencial por el movimiento Firme por la Patria y figura en ascenso en las encuestas— habría sido contactado por Uribe Londoño para expresarle su salida del Centro Democrático y su apoyo al propio De la Espriella. Esta información, contundente, revolucionó la agenda política a pocos meses de las presidenciales.

Sin embargo, la versión fue rápidamente desmentida por el propio Uribe Londoño, quien rechazó “categóricamente” haber dejado la colectividad o el proceso de selección interna. Según su respuesta, replicada también por Crónica del Quindío, manifestó haber mantenido diálogos con diversos líderes políticos buscando construir unidad nacional, pero puntualizó que en ningún momento renunció y exigió al partido rectificar la información difundida en los medios.

No obstante, la dirección uribista ratificó su postura y procedió a informar que la competencia interna para designar candidato presidencial solo continuará con las senadoras “de pura sangre uribista”: María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín. Mientras tanto, Álvaro Uribe, líder indiscutido de la organización, no se ha pronunciado directamente sobre la controversia, aunque replicó el comunicado oficial en su cuenta de X.

El contexto de esta controversia se agrava ante la compleja situación electoral del uribismo. El anuncio del partido sobre la postergación de su elección interna —prevista originalmente para el 28 de noviembre— se acompañó de la decisión de contratar a la firma CADEM de Chile, que estará a cargo de un estudio para guiar la selección del aspirante, como destaca el medio citado. La presión por definir a tiempo un candidato competitivo es evidente, sobre todo luego de difundirse la más reciente encuesta realizada por la firma Invamer para Caracol Noticias y Blu Radio, donde el senador Iván Cepeda, representante del Pacto Histórico, lidera la intención de voto con un sólido 31,9 % de respaldo.

En ese sondeo, el abogado Abelardo de la Espriella obtiene un segundo lugar con el 18,2 %, mientras que entre las filas uribistas, Uribe Londoño aparece en la mejor posición con apenas 4,2 %. Las otras precandidatas internas, Cabal y Valencia, registran tan solo 1,1 % cada una, y Paola Holguín apenas alcanza el 0,7 %. Estos números visibilizan las profundas dificultades que enfrenta el Centro Democrático para recuperar protagonismo en el escenario nacional y anticipan un proceso de selección atravesado por divisiones internas y cuestionamientos a la conducción del partido.

¿Cuáles son los desafíos que enfrenta el uribismo para recomponer su unidad interna de cara a las elecciones? La actual etapa de definiciones electorales ha vuelto patente una crisis de liderazgo y cohesión dentro del principal partido de derecha en Colombia. La salida, real o no, de figuras como Miguel Uribe Londoño, junto al bajo apoyo en las encuestas de los precandidatos restantes, subraya que el futuro inmediato del Centro Democrático depende de su capacidad para reorganizarse y volver a sintonizar con un electorado amplio que alguna vez le otorgó gran respaldo en el país.

Esta pregunta adquiere relevancia ante los inminentes comicios, donde el uribismo podría perder influencia si no soluciona sus disputas internas y redefine su estrategia política. En ese contexto, ¿cómo puede el partido restaurar la confianza entre sus miembros y sus simpatizantes para hacerse nuevamente competitivo en el escenario electoral nacional?