César Rincón defiende derecho de los taurinos, aunque reconoce que son minoria

En una entrevista para El País, de Madrid, el principal torero colombiano de la historia dice que pasó de ser un ídolo a un criminal.

El torero, actualmente ganadero, reconoce que en 25 años, el panorama taurino en Colombia ya no es el mismo, porque si bien la afición se mantiene, quienes se oponen han tomado mucha fuerza.

En relación con la controversia que se vive con la reanudación de las corridas en la plaza de Santamaría, de Bogotá, y los disturbios que causaron los manifestantes que protestaron en su contra, Rincón dijo que el Estado debe proteger una manifestación cultural de una minoría, según una entrevista al diario El País, de España.

Poder ir a los toros significa ejercer la democracia. Los taurinos somos una minoría, indudablemente, pero tenemos el derecho. El toreo es una expresión artística y cultural que debe protegerse. La vuelta de los toros significa que somos libres, aunque a muchos no les guste”,

dijo Rincón en su entrevista.

El extorero dijo que su sector también debería movilizarse y marchar, así como lo hacen masivamente quienes desean la prohibición de las corridas.

Hace falta movilización para que eso suceda. Todos los días recibimos ataques por ejercer nuestra libertad. Atacar la fiesta se ha convertido en algo políticamente correcto”,

agregó.

Rincón aseguró que en más de 25 años, pasó de héroe nacional a ser un criminal y se quejó que estos a veces reciban un mejor trato en la sociedad.

En 1991, después de mi paso por Madrid fui muy bien recibido en mi país. No solo por los taurinos. Tuve un homenaje en la alcaldía, audiencia con el presidente de la República. Hasta hace pocos años los políticos iban a los toros, era algo importante. Hoy soy un criminal. Se ha traspapelado todo.

En su concepto, este cambio solo es hipocresía.

No entiendo por qué se habla tanto de maltrato animal cuando el verdadero maltrato está en la cadena cárnica. Eso sí que no es comparable con cómo se cría el toro de lidia. Hay un gran cobardía. Las grandes empresas han dejado de apoyar, de tener presencia en el ambiente”,

puntualizó.