El pez capitán de la sabana lucha por su regreso: así avanza el plan de rescate en Cundinamarca

La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) ha intensificado sus esfuerzos para proteger al pez capitán de la sabana (Eremophilus mutisii), una especie emblemática y nativa del río Bogotá. Bajo la dirección de Alfred Ballesteros, la CAR desarrolla actualmente un programa integral que integra investigación científica, reproducción asistida y educación ambiental. Este programa tiene como objetivo principal garantizar la recuperación de la especie, enfrentando las amenazas que han puesto en riesgo su supervivencia en los cuerpos de agua de la región, de acuerdo con información oficial proporcionada por la entidad.

El epicentro de este proyecto se encuentra en la estación piscícola del Parque Forestal del Embalse del Neusa, donde la CAR alberga actualmente 18 ejemplares: 13 adultos y 5 juveniles. Estos peces, procedentes de distintas zonas como la descarga del embalse del Sisga, el río Bogotá en Suesca, el río Subachoque y el embalse del Neusa, conviven en canaletas con temperatura controlada y flujo constante de agua. El abastecimiento de agua proviene de una quebrada de alta montaña, lo que garantiza condiciones de pureza y oxigenación óptimas para su estudio y adaptación en cautiverio.

El programa cuenta con el respaldo técnico de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (U.D.C.A.), cuyos expertos contribuyen en etapas clave como la adaptación de los ejemplares al entorno controlado, el análisis genético y la puesta a punto de protocolos de extracción y purificación de material genético (ADN). El fortalecimiento de la calidad genética de las poblaciones futuras es un aspecto esencial del proceso, elemento que la CAR busca consolidar antes de avanzar en la fase de reproducción asistida.

La reproducción asistida implica la conformación de un pie parental, es decir, un grupo seleccionado de machos y hembras que darán origen a nuevas generaciones en cautiverio. La meta es llevar a cabo entre dos y tres ciclos reproductivos al año, asegurando que los alevinos –crías con alto potencial genético– puedan ser liberados posteriormente en cuerpos de agua del río Bogotá previamente evaluados, contribuyendo así a la restauración de la especie en su hábitat natural.

La iniciativa, en palabras de Carlos Gutiérrez, subdirector de Planificación y Ordenamiento Territorial de la CAR, representa un modelo de reproducción que puede ser replicado en la conservación de otras especies amenazadas. La estación piscícola además abre sus puertas al público como un espacio educativo para promover la cultura ambiental y la sostenibilidad, invitando a la comunidad a conocer de cerca el proceso y a sumarse al compromiso colectivo con la protección del pez capitán de la sabana.

El capitán enfrenta no solo la disminución en la calidad y cantidad de agua, sino también la pérdida de cobertura vegetal, la contaminación y la presencia de especies invasoras como la trucha, la carpa y la langosta roja. Por tanto, la vigilancia constante sobre el comportamiento y la adaptación de esta especie resulta fundamental para el éxito y la sostenibilidad del proceso de conservación, según lo reafirma la CAR.

¿Qué significa “reproducción asistida” y por qué es importante para especies como el pez capitán de la sabana?
La reproducción asistida, según lo explicado en el proyecto de la CAR y la U.D.C.A., consiste en controlar y optimizar las condiciones en las que los peces se reproducen, desde la selección de los padres hasta el nacimiento y crecimiento de sus crías en un entorno protegido. Esta técnica resulta fundamental para especies amenazadas como el capitán de la sabana, porque permite crear nuevas generaciones sanas y con diversidad genética, facilitando posteriormente su reintroducción a los ecosistemas naturales de los que han desaparecido o han visto disminuida su población. Así, la reproducción asistida se convierte en una herramienta clave para la preservación y el repoblamiento de especies en peligro.