Sorpresa en San Victorino (Bogotá): patrulleras ayudaron a nacer a un bebé en centro comercial

En la mañana de este 17 de julio, en el concurrido sector de San Victorino, en pleno centro de Bogotá, se vivió un hecho particular y curioso que demuestra la vocación de servicio y sacrificio de los miembros de la Policía Metropolitana de Bogotá. A dos patrulleras les tocó asumir el rol de auxiliares de enfermería y ayudar a una mujer al nacimiento de su bebé. 

Todo ocurrió cuando una pareja que esperaba ansiosamente la llegada de su hijo se encontraba de compras en una tienda de artículos para bebés, cuando las contracciones y el aviso de parto hicieron su aparición. En un giro inesperado, la futura madre se encontró dando a luz en el mismo establecimiento comercial del sector de San Victorino, según informó Noticias RCN.

Dentro de uno de los locales, la mujer comenzó a tener contracciones bastantes fuertes, que no le permitieron ser trasladada a un centro médico, por lo que el vigilante del centro comercial de San Victorino acudió a las agentes de Policía, que acudieron rápidamente a ayudar a la madre. 

“Las uniformadas acudieron al lugar, donde encontraron a la mujer en condiciones que requerían atención urgente. Con profesionalismo, temple, sensibilidad, y equipadas únicamente con unos guantes, las patrulleras controlaron la situación y brindaron apoyo a la madre, permitiendo que el parto se desarrollara sin complicaciones”, contó el Gabriel Mahecha Cifuentes, comandante (e) del Grupo Fuerza Disponible de la Policía Metropolitana de Bogotá.

En medio de la angustia del padre, el proceso se pudo hacer sin complicaciones y la bebé nació completamente sana; sin embargo, por fortuna ya había una ambulancia disponible para trasladar a la madre y a la pequeña de inmediato a un centro médico, donde recibieron atención y se encuentran afortunadamente fuera de peligro.

Las dos patrulleras fueron identificadas como Leidy Quiñones y Heidi Hernández, integrantes del Grupo de Fuerza Disponible de la Policía Metropolitana, quienes admitieron que ha sido la mejor experiencia de sus vidas. De hecho, los transeúntes y curiosos que presenciaron la escena, hasta se animaron a lanzar nombres para ponerle a la nueva recién nacida en Colombia y un símbolo ya de San Victorino. 

Las dos patrulleras, a falta de una camilla, de batas estériles, de médicos o enfermeros, convirtieron ese improvisado espacio en una sala de partos y el hecho fue calificado como un “milagro”.