Dos accidentes reavivan la alarma en Supía: ¿sirven las alertas sobre seguridad vial en zonas rurales?

Dos accidentes de tránsito registrados el sábado en la vereda El Brillante y el sector El Trébol de Supía, Caldas, han vuelto a encender las alarmas sobre los retos persistentes en materia de seguridad vial en contextos tanto rurales como urbanos. El primero de los incidentes ocurrió cuando un automóvil particular, mientras intentaba subir una pendiente, experimentó hasta tres volcamientos tras «agotarse», afortunadamente dejando solo lesiones leves entre sus ocupantes. Simultáneamente, en la zona urbana de El Trébol, una colisión entre una motocicleta y un vehículo particular terminó con dos personas gravemente heridas, quienes debieron ser trasladadas al Hospital San Lorenzo. Ambos hechos ilustran la vulnerabilidad de quienes transitan por estas vías y exponen las fallas recurrentes en prevención, educación vial e infraestructura.

El Observatorio Nacional de Seguridad Vial en Colombia advierte que las carreteras rurales presentan riesgos significativamente mayores frente a las urbanas, sumando causas como menor señalización, deficiencias estructurales y un acceso más limitado a servicios de emergencia. Las cifras de 2024 señalan que los accidentes graves en zonas rurales crecieron un 34% respecto a los ocurridos en ciudades principales como Manizales y la propia Supía, siendo los fines de semana los períodos más críticos. Ello suele coincidir con mayores desplazamientos y un aumento en el consumo de alcohol, según este mismo organismo. Ante esta situación, el cuerpo de bomberos voluntarios de Supía ha reiterado el llamado a la prudencia y al respeto de las normas básicas, en consonancia con las recomendaciones de la Agencia Nacional de Seguridad Vial que enfatizan en el uso de cinturón, casco, mantener distancias seguras y eliminar distracciones al volante.

La Universidad Nacional de Colombia, en su informe sobre «Factores que inciden en accidentes de tránsito rurales», profundiza en causas como el deterioro de las vías, inclinaciones pronunciadas y errores humanos durante maniobras exigentes. El reciente accidente en El Brillante, donde un vehículo se volcó repetidamente al enfrentar una pronunciada pendiente, representa un caso emblemático: la combinación de insuficiente potencia, posibles fallas mecánicas y señalización inadecuada puede desencadenar consecuencias graves.

En materia de atención a víctimas, la intervención rápida del cuerpo de bomberos de Supía evidencia fortaleza local, aunque persisten debilidades en la capacidad hospitalaria rural y los tiempos de respuesta en emergencias. El Ministerio de Salud ha subrayado la importancia de mejorar la capacitación de los equipos prehospitalarios y dotar de mejor equipamiento a las ambulancias como pasos necesarios para disminuir la mortalidad asociada a los accidentes viales en zonas apartadas.

El cumplimiento de recomendaciones para la conducción segura, ampliamente difundidas por los bomberos voluntarios de Supía y respaldadas por la Organización Mundial de la Salud, no solo abarca el adecuado estado mecánico de los vehículos y la anticipación de riesgos en el camino. Incluye también la fortaleza psicológica ante emergencias, el cuidado en la planificación del trayecto y la adopción de prácticas de manejo defensivo. Los éxitos demostrados en países con menos siniestros viales refuerzan la prioridad de campañas educativas integrales, controles policiales efectivos y mejora sostenida de la infraestructura.

En conclusión, estos accidentes en Supía y El Brillante, aunque con consecuencias ligeras y moderadas, ponen de manifiesto la urgencia de políticas públicas persistentes e integradas. Solo la conjunción entre educación, infraestructura y una respuesta de emergencias eficiente permitirá reducir la alta tasa de accidentalidad. Este reto, que abarca tanto a Colombia como a América Latina, exige voluntad política y el compromiso sostenido de todos los actores involucrados en la movilidad segura.

¿Por qué las pendientes pronunciadas representan un riesgo adicional en vías rurales? Las pendientes pronunciadas demandan mayor potencia y habilidad de los conductores para mantener el control del vehículo, especialmente cuando la infraestructura es deficiente o existe poca señalización. Según el informe de la Universidad Nacional de Colombia citado en el artículo, estas condiciones físicas pueden agravar la posibilidad de accidentes, como fue el caso del automóvil que se volcó varias veces en El Brillante. El problema se agudiza cuando se suman posibles fallas mecánicas y escasez de asistencia inmediata, elementos recurrentes en zonas rurales del país.

Así, la combinación de inclinaciones peligrosas, falta de mantenimiento y escasos puntos de auxilio convierte a las carreteras rurales en lugares particularmente vulnerables. Esto subraya la importancia de mejorar no solo la actitud preventiva de los conductores, sino también la infraestructura y los dispositivos de señalización como parte integral de una estrategia de seguridad vial efectiva.

¿Qué es el manejo defensivo y por qué es crucial en la seguridad vial? El manejo defensivo es una serie de técnicas y actitudes adoptadas por los conductores para anticiparse a posibles peligros, comportamientos poco predecibles de otros usuarios de la vía y condiciones adversas del entorno. Estas prácticas, recomendadas por organismos nacionales e internacionales como la Organización Mundial de la Salud, buscan reducir el riesgo de accidentes a través de la vigilancia constante del entorno y la anticipación de maniobras inseguras.

El artículo resalta el rol fundamental del manejo defensivo en la reducción de la accidentalidad, especialmente en contextos rurales donde las condiciones pueden variar abruptamente. Adoptar esta mentalidad implica preparación, atención plena y respeto por las normas, aspectos que pueden marcar la diferencia entre un incidente menor y una tragedia en carretera.