La Academia de Historia del Quindío celebra 45 años recuperando su sede tras 26 años de espera y reconstrucción

La Academia de Historia del Quindío (AHQ) ha cerrado un capítulo de larga espera recuperando una sede propia, algo que le había sido arrebatado tras el devastador terremoto del 25 de enero de 1999. Durante más de dos décadas, la academia estuvo sin un espacio fijo donde salvaguardar la memoria cultural del departamento, ya que el sismo provocó el colapso del edificio de la Asamblea Departamental ubicado en la carrera 14 con calle 20, donde la institución funcionó desde la década de los ochenta. Sin un lugar definido, los historiadores y académicos vieron comprometida la protección y promoción del legado histórico de la región.

Este logro coincide con la celebración de los 45 años de la vida institucional de la AHQ y se concreta con la entrega de un nuevo espacio en la carrera 12 No. 22-37, piso 1, dentro del Centro Administrativo Departamental “Rodrigo Gómez Jaramillo” de Armenia. En este lugar comparten instalaciones entidades como Indeportes Quindío y la Región Administrativa y de Planificación (RAP) Eje Cafetero, situando a la academia en el corazón de las decisiones administrativas del departamento.

Según informa Crónica del Quindío, la recuperación de la sede fue resultado de un trabajo coordinado desde la Junta Directiva de la Academia, liderada por María Eugenia Beltrán Franco, con el respaldo del gobernador Juan Miguel Galvis Bedoya y el secretario de Cultura, Felipe Arturo Robledo Martínez, este último también miembro destacado como Académico de Número.

Una de las tareas prioritarias en este nuevo capítulo fue la restauración integral de la biblioteca y el archivo central, acciones que han permitido que desde ya los integrantes de la academia —entre ellos académicos de número, correspondientes y colaboradores— tengan acceso a este repositorio. La apertura al público, prevista para el primer semestre de 2026 y respaldada por la Secretaría de Cultura, será un paso fundamental para investigadores externos y la ciudadanía interesada en la historia regional.

Durante el proceso de reactivación, Sebastián Mauricio Rodríguez Padilla ha asumido temporalmente las funciones de secretario, liderando el inventario y la organización de los fondos documentales y bibliográficos de la institución, en tanto el titular Fernando Jaramillo Botero se recupera de problemas de salud. Adicionalmente, la empresaria María Victoria Saffon Velásquez realizó una significativa donación de una mesa de juntas con ocho asientos, optimizando así el espacio para el trabajo colaborativo y la consulta de los materiales históricos.

La Academia de Historia del Quindío hace un llamado tanto a empresas como a familias y a la comunidad general para que contribuyan con donaciones de libros que aborden la historia general o la específica del Quindío y sus municipios. Cada nuevo libro refuerza la misión de preservar y enriquecer el patrimonio histórico y cultural del departamento, labor que hoy, tras 26 años, recobra su espacio propio y su proyección hacia el futuro.

¿Por qué es importante la recuperación de archivos históricos tras un desastre natural?

Cuando ocurre un desastre natural, como el terremoto que azotó al Quindío en 1999, la pérdida de archivos históricos representa un daño irreparable para la memoria colectiva de una sociedad. Estos documentos y objetos no sólo resguardan el pasado, sino que también permiten a las nuevas generaciones comprender y valorar su identidad, así como los procesos sociales y culturales que han conformado la región.

En el caso de la Academia de Historia del Quindío, la restauración de su archivo y biblioteca no sólo implica la recuperación física de un lugar, sino el restablecimiento de un centro de referencia para la conservación, investigación y difusión de la historia regional. Por ello, la reactivación de estos documentos constituye un hito fundamental en el proceso de reconstrucción y fortalecimiento cultural posterior a una tragedia.