Tomografía a cráneo de Alan García muestra el grave daño que se causó al dispararse

La lesión catastrófica que se produjo a sí mismo el expresidente peruano refleja por qué no dieron resultado los esfuerzos médicos para reanimarlo.

Después de varias horas de intervención médica en el hospital Casimiro Ulloa, de Lima, en las cuales García sufrió tres paros cardiorrespiratorios, los galenos perdieron la batalla pues el exmandatario finalmente falleció.

Los primeros reportes periodísticos indican que García se disparó, después de que las autoridades llegaron a su casa en el barrio Miraflores, a la altura del cuello.

Aunque aún no se ha dado a conocer el parte médico oficial ni los resultados de los exámenes forenses que establezcan con certeza las características de las lesiones que se propinó el mimo García, en la tomografía se observa claramente una impresionante imagen.

Se trata de una fractura, a manera de grieta, del cráneo del expresidente que va desde la parte superior del ojo derecho, recorre la parte superior y termina en la zona del oído derecho.

En el primer comunicado de prensa difundido por el ministerio peruano de Salud se había dicho que el expresidente ingresó al hospital a las 6:45 a.m. “con diagnóstico de impacto de bala, entrada y salida, en la cabeza”.

En otro comunicado, para anunciar el fallecimiento de García, el centro asistencial detalló que el deceso ocurrió a las 10:05 a.m.  después de haber ingresado con “impacto TEC grave por proyectil de arma de fuego y hemorragia incontrolable de base del cráneo. Posteriormente, ingresó a Sala de Operaciones a las 07:17 horas. Su deceso se produjo producto de una hemorragia cerebral masiva por proyectil de arma de fuego y paro cardiorrespiratorio”.