Golpe al narco: Abaten a líder de facción de Chapo Isidro y hallan mega laboratorios de fentanilo en México

Durante una conferencia de prensa reciente, Raymundo Pedro Morales Ángeles, secretario de Marina, informó sobre la culminación de una operación relevante contra el crimen organizado en México. El funcionario detalló que Pedro ‘N’, identificado como presunto líder criminal y conocido en el ámbito del narcotráfico, fue abatido durante un operativo que también resultó en la detención de dos individuos, Galeno ‘N’ y Miguel ‘N’. Este grupo, según Morales, forma parte de una facción dirigida por Chapo Isidro, organización dedicada principalmente a la fabricación de drogas sintéticas, actividad que representa una de las principales amenazas para la seguridad pública.

La acción fue resultado de un trabajo conjunto entre la Secretaría de Marina, la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPC) y la Fiscalía General de la República (FGR). Según el comunicado oficial, el operativo incluyó dos cateos en propiedades vinculadas a Inzunza Coronel, quien ha sido identificado por las autoridades como cabecilla de la agrupación criminal. Durante los patrullajes en estas viviendas, los agentes de seguridad fueron atacados con armas de fuego, situación que requirió el uso de la fuerza para controlar el enfrentamiento. Como consecuencia de estos hechos, Pedro ‘N’ falleció en el sitio.

Adicionalmente, las fuerzas federales detuvieron a Adelemo Pérez Hernández, alias ‘Lemu’, señalado como operador logístico, y a Miguel Ángel Villalba Castillo, quien desempeñaba labores de sicariato. El operativo permitió además el aseguramiento de tres pistolas, una granada y una bolsa con un kilogramo de pastillas de fentanilo. En los inmuebles cateados, ubicados en los municipios de Guasave y Ahome, el personal asegurador incautó dos armas de fuego, cuatro automóviles y dos teléfonos móviles.

Uno de los hallazgos más relevantes de la operación fue la ubicación de dos laboratorios clandestinos para la producción de drogas sintéticas. Dentro de estos espacios se incautaron un fusil, cartuchos útiles, una camioneta, 1,425 kilos de cristal, un kilo adicional de fentanilo, 600 litros de precursores químicos, un reactor y recipientes diversos para la manufactura de estas sustancias.

Las autoridades mexicanas recordaron que, en mayo de 2025, el Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó una acusación formal por narcoterrorismo contra Pedro Inzunza Noriega, alias Sagitario, antiguo líder del Cártel Beltrán Leyva, y su hijo, Pedro Inzunza Coronel, alias Pichón. De acuerdo con las autoridades estadounidenses, este delito implicaría la cadena perpetua con un cumplimiento mínimo de 20 años de prisión, así como una multa de 20 millones de dólares.

Paralelamente, se informó sobre la detención de Alejandro Reynoso Jiménez en Madrid, España, presunto integrante de una organización criminal implicada en el tráfico internacional de precursores químicos empleados en la elaboración de drogas sintéticas enviadas desde México a Europa y Estados Unidos. En relación a este operativo, fue cateado un domicilio en Guadalajara (Jalisco), donde se aseguraron tambos, contenedores con sustancias y precursores químicos, así como equipamiento para la fabricación de fentanilo y éxtasis.

Estos operativos exhiben la coordinación entre autoridades nacionales e internacionales en la lucha contra el tráfico de estupefacientes y subrayan los desafíos que México enfrenta ante la expansión y adaptación de las organizaciones delictivas.

¿Qué implica el término “narcoterrorismo” utilizado en la acusación del Departamento de Justicia de EE.UU.?

El término “narcoterrorismo” se emplea para describir las actividades en las que el tráfico de drogas y el terrorismo convergen, es decir, cuando una organización delictiva utiliza la violencia extrema y otros actos de terror para facilitar la producción, transporte o distribución de estupefacientes. En este contexto, el Departamento de Justicia de Estados Unidos menciona dicho cargo contra Pedro Inzunza Noriega y su hijo por considerar que sus actividades delictivas no solo afectan la salud pública, sino también la seguridad nacional.

Esta acusación representa un enfoque más severo por parte de las autoridades estadounidenses, pues implica penas más altas e incorpora el marco judicial del terrorismo, lo que refleja la preocupación internacional por el impacto del narcotráfico y su uso sistemático de la violencia.