¿Por qué todo el mundo creyó que la mujer del video de BBC era la nana?

Luego de que se revelara que en realidad se trata de la esposa del profesor Robert Kelly, varias personas se lo han preguntado.

Muchos consideran que asumir que Jung-a Kim, la esposa del académico, era una ayudante, se explica por los estereotipos que hay sobre los roles en la sociedad que juegan las mujeres asiáticas, informa BBC.

Algunos de los que pensaron que Kim era la niñera de los pequeños llegaron a esa conclusión por la cara de preocupación al momento de entrar a la habitación, con un gesto de quien está afanado por cuidar su trabajo. A eso se le podría agregar el intento infructuoso por parecer lo más disimulada posible.

Muchas personas en redes han cuestionado el hecho de haber asumido que Kim no podía se la esposa de Kelly. Ese detalle ha hecho que el video se haya vuelto trascendental, más allá de lo viral. Este es uno de los comentarios:

Algunos de ustedes deberían analizar largo y tendido por qué asumieron que la mamá era la nana”.

El tema, de hecho, se le preguntó a la familia en la primera entrevista después del famoso incidente. Según The Washington Post, haber asumido que Kim era la nana y no la madre de los niños fue “bastante incómodo” para ellos, aunque reconocieron que apreciaron el hecho de que la grabación haya divertido a tantas personas.

Vera Chok, en una columna de opinión publicada en The Guardian, invita a todas a quellas personas que asumieron que Kim era una ayudante del profesor Kelly a que piensen sobre con qué tipo de mujer consideraron que él debía estar casado.

Luego se refiere a los estereotipos, de los que también habla Helier Cheung en su texto para BBC, donde menciona varios casos en que las personas se equivocaban con mujeres asiáticas o con ascendencia de ese continente, a quienes en ocasiones encasillaron en profesiones u oficios que nada tenían que ver con su verdadero trabajo solo por sus rasgos físicos.

Así las cosas, vale la pena preguntarse: ¿cuántos de nosotros caímos en el estereotipo? La invitación a la reflexión está servida.