Utqiagvik: la ciudad donde el sol desaparece por 65 días y la noche se llena de auroras boreales

Utqiagvik, situada en la costa ártica de Alaska, ostenta el título de la ciudad más septentrional de Estados Unidos y alberga a poco más de 4.500 habitantes. Según datos presentados por El Espectador, acaba de iniciar uno de los eventos naturales más llamativos de la región ártica: la noche polar. Este fenómeno, que se extenderá desde mediados de noviembre hasta finales de enero, implica que el Sol no sobresaldrá del horizonte durante aproximadamente 65 días. A pesar de lo extraordinario de este evento, se trata de un ciclo anual resultado de factores geográficos y astronómicos muy específicos.

La explicación de este fenómeno reside en la inclinación del eje de la Tierra. Este eje, inclinado unos 23,5 grados respecto a la perpendicular de su órbita, es responsable de la existencia de estaciones y de la variación en la duración de los días y las noches a lo largo del año. En el caso particular de Utqiagvik, su ubicación por encima del Círculo Polar Ártico significa que durante el invierno, mientras el hemisferio norte se aleja del Sol, la ciudad permanece en una zona donde la luz solar no alcanza a iluminarla directamente. Así, Utqiagvik experimenta semanas enteras en las que el Sol simplemente no logra elevarse lo suficiente para sobrepasar el horizonte.

A pesar de la ausencia de luz solar directa, la oscuridad en la localidad de Utqiagvik no es absoluta. Tal como destaca el reportaje de El Espectador, cada jornada ofrece un momento de crepúsculo, una tenue claridad que recuerda a un eterno amanecer sin consumarse. En estos días, la ciudad también se ve beneficiada por la presencia de auroras boreales—espectáculos naturales de luces verdes y violetas—y por la brillantez de la luna reflejada en la nieve, elementos que otorgan una luz etérea al entorno.

Los inviernos en Utqiagvik presentan además condiciones extremas en cuanto a temperaturas, que pueden alcanzar hasta –28 °C durante los meses de diciembre y enero, incrementando la crudeza del ambiente por efecto de fuertes vientos. Según la información presentada en el artículo, la población debe soportar este clima riguroso hasta que, a finales de enero, el Sol emerja lentamente sobre el horizonte y ponga fin al prolongado periodo de penumbra.

De modo complementario, durante el verano se produce el fenómeno opuesto: el Sol no se oculta en absoluto durante más de dos meses, conocido como el “sol de medianoche”. En ese periodo—entre mayo y principios de agosto—los habitantes experimentan más de 80 días de luz continua, lo que convierte a Utqiagvik en un ejemplo extremo de la variación estacional que afecta a las comunidades próximas al Polo Norte. El mismo ciclo que sume a la ciudad en la oscuridad invernal le ofrece, pasados unos meses, una jornada perpetua con luz solar constante.

¿Por qué la inclinación del eje terrestre produce estos cambios tan drásticos en la duración del día y la noche en regiones cercanas a los polos?

El fenómeno de la noche polar y el sol de medianoche no solo fascina por su espectacularidad, sino también por su profunda relación con la inclinación del eje de la Tierra y la forma en la que nuestro planeta se mueve alrededor del Sol. En las zonas cercanas a los polos, el ángulo de incidencia de los rayos solares varía tanto durante el año que puede resultar en meses sin luz diurna o sin oscuridad nocturna. Esto ilustra cómo aspectos aparentemente abstractos de la astronomía tienen consecuencias reales y notables en la vida cotidiana de comunidades enteras.

Comprender la mecánica detrás de estos extremos nos ayuda a apreciar la diversidad de condiciones en las que viven diferentes poblaciones del mundo y cómo el entorno puede moldear costumbres, adaptación y estilos de vida en lugares tan remotos como Utqiagvik.