Duro relato de mujer que fue brutalmente atacada por su pareja en ascensor: "Dijo que me iba a morir"

En una revelación que ha conmocionado a la opinión pública, Juliana García, de 35 años, ha roto el silencio por primera vez desde la brutal agresión de la que fue víctima a manos de su pareja, el exjugador de baloncesto Igor Cabral. El violento incidente, ocurrido en el ascensor de un edificio en Brasil, fue captado por una cámara de seguridad, dejando al descubierto la saña del ataque.

Desde una cama de hospital y con el rostro desfigurado por múltiples fracturas, García compartió su historia. Su propósito es claro y contundente: alertar a otras mujeres sobre los peligros de normalizar comportamientos violentos.

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“No hay que ignorar ninguna señal, porque él ya había mostrado que no era una persona tranquila. Ante cualquier señal, hay que irse y no volver”, afirmó Juliana con un mensaje que resuena profundamente en el contexto de la violencia de género.

Las lesiones sufridas por Juliana García son estremecedoras. En menos de un minuto, Cabral le propinó más de 60 puñetazos, dejándola con fracturas en el rostro, nariz, globo ocular, mandíbula, pómulo y la base del maxilar. Actualmente, García sigue hospitalizada, alimentándose únicamente con líquidos debido a la gravedad de las lesiones en su mandíbula, y se someterá a una cirugía reconstructiva en los próximos días.

La agresión se desencadenó tras una discusión iniciada por un mensaje que Juliana recibió en su teléfono celular. Al ingresar al ascensor, Cabral ya se mostraba alterado. Juliana explicó que no quiso irse del ascensor porque el pasillo carecía de cámaras, pero Cabral insistió en que se fuera. “Luego dijo que me iba a morir y empezó a golpearme”, recordó la víctima, detallando el aterrador momento.

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Por su parte, el agresor, Igor Cabral, fue arrestado y permanece recluido en la Cárcel Pública Dinorá Simas, en Ceará-Mirim. Las autoridades lo han aislado después de que denunciara haber recibido amenazas de otros internos con quienes compartía celda. Tras el brutal ataque, Cabral intentó justificar su agresión alegando claustrofobia, una excusa que ha sido ampliamente cuestionada.

La familia del exdeportista también se pronunció mediante un comunicado, deslindándose de cualquier responsabilidad en lo que calificaron como un “intento de feminicidio“. Declararon estar “profundamente consternados” y “sorprendidos”, subrayando la necesidad de “seguir trabajando y mantener nuestra dignidad sin ser castigados por un hecho que no cometimos”.

Esta desgarradora noticia, pone en relieve la urgente necesidad de atención y acción frente a la violencia doméstica y el feminicidio. El testimonio de Juliana García es un poderoso llamado a la conciencia y a la prevención, esperando que su valentía inspire a otras víctimas a buscar ayuda y romper el ciclo de la violencia.