Hamás dice sí (en parte) al plan de Trump en Gaza: ¿qué implica su respuesta?

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Hamás aceptó liberar a los rehenes que tiene secuestrados en Gaza desde el 7 de octubre de 2023 y planteó negociar partes del llamado "plan de paz" de Donald Trump. Esto sin dar respuesta a varios puntos de la propuesta del presidente estadounidense. Inmediatamente, Trump llamó a Israel a detener los bombardeos sobre Gaza. ¿Qué se puede leer tras las respuestas de Hamás y del líder de la Casa Blanca?

Hamás aceptó liberar a los rehenes que tiene secuestrados en Gaza desde el 7 de octubre de 2023 y planteó negociar partes del llamado “plan de paz” de Donald Trump. Esto sin dar respuesta a varios puntos de la propuesta del presidente estadounidense. Inmediatamente, Trump llamó a Israel a detener los bombardeos sobre Gaza. ¿Qué se puede leer tras las respuestas de Hamás y del líder de la Casa Blanca?

El viernes 3 de octubre, Hamás sorprendió al responder al plan del presidente estadounidense, Donald Trump, en el que el republicano propuso 20 puntos para acabar la guerra en Gaza y entre los cuales se encuentran la liberación de todos los rehenes; que Hamás entregue sus armas y que ceda el poder a un Gobierno de transición de tecnócratas supervisado por una junta internacional presidida por el mismo Trump.

El plan del republicano que, entre otras cosas, no deja claro cómo se produciría la retirada de las tropas israelíes de Gaza, tras dos años de guerra, acusaciones de genocidio, inducción a la hambruna y desplazamiento forzado de la población gazatí, entre otros muchos señalamientos a Israel, causó expectativa. Y las miradas estaban puestas desde hace días en la postura que iba a adoptar Hamás al respecto.

Pero la respuesta de Hamás no fue ni un sí ni un no total: aceptó parcialmente algunos puntos y abrió la puerta a negociar.

Hamás anunció este viernes que para poner fin a la guerra de Israel en Gaza acepta liberar a todos los rehenes israelíes, vivos y muertos, y afirmó “su disposición a entrar inmediatamente en negociaciones a través de los mediadores para discutir los detalles” del acuerdo.

Esta respuesta de Hamás, que tenía al mundo en vilo, deja, no obstante, varios puntos ciegos. ¿Qué es lo que realmente aceptó Hamás? ¿Qué pretende con las negociaciones? ¿Por qué Trump se mostró tan afín a la respuesta del grupo islamista? En France 24 consultamos a expertos en la materia para responder estas preguntas.

“Hay que hacer una distinción, no es que han aceptado el plan de paz de Donald Trump”, aclaró a France 24 Ignacio Montes de Oca, analista en seguridad internacional, que resalta que entre los puntos importantes a los que Hamás dijo ‘sí’ está “la liberación de los rehenes” y el inicio “de negociaciones” a través de Qatar.

También indica que el paso al frente del grupo significa, además, que se podrá “frenar la ofensiva de Israel contra la Ciudad de Gaza“, donde aparte de los rehenes hay 300.000 gazatíes. “El efecto que se tiene es de suspensión del conflicto y se pasa ahora a una etapa de negociaciones”, sostiene el experto. 

Fernando Wilson, doctor en Historia y profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez en Viña del Mar, Chile, concuerda. “Lo que está ocurriendo es un intento de Hamás de negociar la entrega de los rehenes y de aceptación de la propuesta de paz de Trump”, señala en referencia a una oferta que inicialmente Trump había planteado como un plan innegociable de “lo tomas o lo dejas”. 

Leer tambiénPlan de Trump para Gaza: ¿”La ley del más fuerte”?

Varios vacíos

Hamás también afirmó que está dispuesto a entregar el Gobierno de Gaza a “una autoridad palestina de independientes (tecnócratas) basada en el consenso nacional palestino y con apoyo árabe e islámico”. Pero sin mencionar si dejará las armas o si acepta de pleno la idea de que haya un gobierno internacional que monitoree a la Franja de Gaza

El grupo islamista palestino deja una serie “de vacíos particularmente sobre su propio desarme” y en torno a su posición sobre la exigencia de que se retire del poder en Gaza, indica Fernando Wilson, quien señala que ese intento de Hamás por negociar se da cuando el grupo no se encuentra en su mejor momento.“Hamás ya no tiene mayormente la capacidad de combatir a las fuerzas israelíes” y enfrenta “la reacción de clanes que resienten lo que ha sido el maltrato por parte de Hamás a comunidades gazatíes” desde que gobierna en Gaza.  

Para Montes de Oca, el desarme no está en discusión, sino la retirada de Israel del territorio palestino:

“Lo que está en discusión es hasta qué punto hay garantías para que se retire Israel y lo que está pidiendo Hamás es un retiro completo”.

En la propuesta que Trump ha presionado para que Hamás acepte no quedó claro tampoco en qué condiciones se van a retirar las tropas israelíes, lo que, tras dos años de guerra y más de 66.000 muertes, es un punto innegociable para los palestinos. “También se habla de que Israel va a seguir teniendo cierta injerencia en la situación en Gaza”, subraya el académico.

Un Trump ‘eufórico’ y un Israel que acata

Otro punto en el tintero y que tampoco ha pasado desapercibido es por qué Donald Trump reaccionó tan inmediata y favorablemente a la respuesta parcial de Hamás. Y que también rápidamente Israel contestó. El Gobierno de Netanyahu afirmó, de hecho, que ya está preparando una “implementación inmediata” de la primera fase del plan del republicano, es decir, la que contempla la liberación de rehenes.

Para Ignacio Rullansky, doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y profesor en la Universidad Torcuato Di Tella, que las cosas ahora fluyan en Washington y Tel Aviv en pro de un acuerdo se puede deber, en parte, a un deterioro de la imagen de Israel, pero también de Estados Unidos “como país mediador en conflictos internacionales”.

“Trump ha visto una debacle semejante en la cuestión ruso-ucraniana, donde su rol ha sido deslucido y no ha logrado conducir un proceso de paz acertado. Aquí, parece haber logrado un momento político clave: la posible interrupción de hostilidades sin precedentes entre israelíes y palestinos y el probable desarme de Hamás”, indica Rullansky. 

Para el profesor, este es un momento proclive a llegar a un pacto entre Israel y Hamás, a pesar de las presiones que pueda haber al interior del Gobierno de Netanyahu, por la insistencia del ala más conservadora de continuar la guerra.  También lo es para que ambas partes acaten un acuerdo. Aunque el Gobierno Netanyahu haya violado unilateralmente las treguas en el pasado, el experto considera que el escenario actual es diferente “por el aislamiento internacional que pesa sobre Israel en el presente”, sostiene. 

La presión está orientada en el mismo sentido que plantea Trump: que Hamás libere a los rehenes

Rullansky afirma que “el escenario es de un debilitamiento y un desgaste inédito de relaciones diplomáticas con países occidentales” y que “puede agravar seriamente los procesos de normalización de relaciones diplomáticas con países del mundo árabe”, en un momento delicado y también de desgaste con Jordania y Egipto, los primeros países de la región que firmaron la paz con Israel y con los que comparte el agua y otros recursos,

A esto se suma el descontento en el mundo árabe tras la autorización de Netanyahu de atacar a Qatar, país mediador en el conflicto.

“A las acusaciones de genocidio y el aislamiento internacional en distintos campos se suma el descontento en el mundo árabe. Eso marcó un parteaguas para aliados y mediadores”, resume.

La liberación de rehenes: una carta clave para ambas partes

Ignacio Rullansky concluye que “la presión está orientada en el mismo sentido que plantea Trump: que Hamás libere a los rehenes”.

Explica que tanto para Hamás como para Netanyahu su liberación es su única carta: para el grupo islamista, en el caso de pedir un exilio o una amnistía; y para Netanyahu como su última oportunidad de responder a los gritos sostenidos por dos años en las calles de Israel.

“Hay una posibilidad para Netanyahu para seguir su vía política si ahora accede a un acuerdo que le permita liberar a todos los rehenes, como le pide básicamente la sociedad israelí”.

Por el momento, un Hamás debilitado volvió a tirar la pelota al campo de Trump y de un Netanyahu cada vez más solo y cuestionado. En los próximos días se sabrá si el desprestigio internacional y desgaste del Gobierno lo llevarán a negociar finalmente con Hamás y a que la población gazatí se libere de la guerra de dos años que cayó sobre ellos.

Por ahora, las llamadas a un Estado palestino, tan latentes días atrás en la Asamblea General de la ONU, parecen haber quedado en segundo plano y podrían ahogarse entre los 20 puntos del plan de Trump y las denuncias de genocidio.

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