"Ojalá el médico tenga buena puntería en inyección letal": candidato a suicidio

Así lo dice el anciano científico australiano de 104 años que ya se encuentra en Suiza, donde este jueves se someterá a un suicidio asistido en una clínica que calificó el hecho que no se lo permitieran en Australia como “una atrocidad”.

“Estoy feliz de estar aquí”, fue lo primero que dijo el centenario David Goodall en rueda de prensa a su llegada al aeropuerto suizo de Basilea, luego de un largo vuelo desde la ciudad australiana de Perth y durante el cual hizo escala en Francia para visitar algunos familiares el fin de semana pasado, informa el portal The Local.

En la conversación con los medios de comunicación, Goodall comentó que la gente en todos los países debería tener la posibilidad de adquirir medicamentos prescritos por un médico para quitarse la vida a los 50 o 60 años de edad, si la calidad de vida de la persona no es buena.

Tal es su ejemplo, pues aunque no tiene ninguna enfermedad terminal, Goodall dice que su calidad de vida se ha visto disminuida porque está confinado a una silla de ruedas, lo cual limita su movilidad.

“Creo que aún estamos lejos de que esto suceda (la posibilidad de morir como uno escoja). Me gustaría ver que el sistema cambie, pero creo que eso no sucederá en los próximos 10 años”, acotó el hombre, que se ha vuelto una celebridad en las redes sociales y quien viajó a Suiza gracias a 20.000 dólares en donaciones recogidas a través del portal GoFundMe.

Cuando le preguntaron si le molestaba que estuviera en el centro de la atención de los medios de comunicación, Goodall respondió: “No, estoy feliz de que eso pase. La gente debería hablar sobre lo que estoy haciendo”.

Y continuó: “Es cruel que a uno lo obliguen a permanecer con vida cuando uno ya no tiene por qué vivir”, al tiempo que dijo que él “está viviendo horas extras” desde hace una década, cuando le negaron la renovación de su licencia de conducir.

“A mi edad, me levanto por la mañana y tomo el desayuno. Luego permanezco sentado hasta la hora del almuerzo y sigo sentado. ¿Qué utilidad tiene eso?”, cuestionó, al tiempo que decía que no se arrepiente de lo que va a hacer.

También dijo que quiere morir mientras escucha la pieza ‘Oda a la alegría’, de Beethoven, en compañía de su nieto Daniel: “En estos momentos solo pienso en la aguja hipodérmica y que quien la use tenga buena puntería”, dijo en una muestra de buen sentido del humor y perfecta lucidez.