China desafía a EE.UU.: Tensión global por incautación de buques petroleros rumbo a Venezuela

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China responde con firmeza a EE. UU. tras la incautación de buques petroleros rumbo a Venezuela.

El reciente conflicto diplomático entre China y Estados Unidos ha sumado un nuevo capítulo a raíz de las operaciones estadounidenses cerca de las costas venezolanas. De acuerdo con declaraciones del Ministerio de Relaciones Exteriores en Pekín, el Gobierno chino acusó a Washington de infringir el derecho internacional tras la confiscación de varios buques petroleros que navegaban en dirección a Venezuela. Las autoridades chinas apuntaron que tales acciones, llevadas a cabo durante la administración del presidente Donald Trump, son consideradas por Pekín como una “incautación arbitraria” de barcos de otros países y vinculadas a un “bloqueo” de embarcaciones dedicadas al transporte de petróleo desde y hacia Venezuela, según Noticias Caracol y EFE.

En el epicentro de la controversia se encuentran las declaraciones de Lin Jian, portavoz de la Cancillería china, quien manifestó en rueda de prensa que China “se opone sistemáticamente a las sanciones unilaterales ilegales” impuestas fuera del marco del derecho internacional y sin el respaldo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Lin subrayó que China rechaza cualquier comportamiento que infrinja los principios establecidos en la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), defendiendo la soberanía de cada nación y la necesidad de evitar medidas de intimidación unilateral.

La postura china es clara: Venezuela, insisten, puede establecer de manera independiente acuerdos de cooperación beneficiosa con otras naciones. El portavoz agregó que la comunidad internacional respalda a Caracas en su empeño de proteger sus intereses legítimos frente a las sanciones estadounidenses.

Estados Unidos, por su parte, intensificó sus mecanismos de presión económica el 10 de diciembre, cuando incautó el buque Skipper y confiscó el crudo que trasladaba. Posteriormente, el presidente Donald Trump ordenó el bloqueo total al tráfico de barcos petroleros sancionados por su gobierno, acción que ha sido objeto de controversia internacional.

Las declaraciones de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, y de la portavoz adjunta de la administración estadounidense, Anna Kelly, confirmaron la confiscación de un segundo petrolero, el Centuries, señalado por Washington como parte de una flota dedicada al comercio ilícito de petróleo vinculado al gobierno venezolano. De acuerdo con estos comunicados, el barco estaba al servicio de la estatal PDVSA, sujetas a sanciones estadounidenses.

La cadena de incautaciones continuó el 21 de diciembre, cuando Reuters reportó que un tercer buque, presuntamente el Bella 1 según Bloomberg, fue interceptado en aguas internacionales frente a Venezuela. Sin embargo, detalles precisos de la operación no han sido divulgados por las autoridades estadounidenses.

En respuesta, el presidente Nicolás Maduro calificó las acciones norteamericanas como “piratería de corsarios”, alegando que Venezuela ha resistido intensas campañas de agresión económica y política. Asimismo, Yván Gil, ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, anunció el respaldo de Rusia en medio de este enfrentamiento internacional, luego de conversar con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, quien expresó apoyo ante las sanciones y operaciones estadounidenses contra embarcaciones venezolanas. Estas tensiones evidencian cómo la pugna geopolítica por el control y la circulación del petróleo continúa marcando la agenda internacional y acentuando el aislamiento de Venezuela.

¿Por qué Estados Unidos justifica las incautaciones de buques petroleros?

La posición estadounidense respecto a las recientes interceptaciones de buques petroleros se basa en el cumplimiento de sus propias sanciones económicas impuestas al gobierno de Venezuela. Según las fuentes citadas, las autoridades de EE. UU. consideran que Venezuela utiliza estos barcos no solo para transportar petróleo sujeto a sanciones, sino también para financiar actividades ilícitas y sustentar al gobierno de Nicolás Maduro, al que Washington acusa de vínculos con el narcotráfico y de cometer violaciones a los derechos humanos.

En este contexto, la retórica oficial presentada por representantes como Kristi Noem y Anna Kelly subraya el argumento de que los barcos incautados operan con “bandera falsa”, forman parte de una “flota fantasma” y buscan eludir las restricciones impuestas. Esta explicación permite comprender por qué Estados Unidos mantiene y refuerza su política de presión sobre el comercio venezolano de hidrocarburos pese a la controversia y las quejas internacionales.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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