Entre estos colegios está el que critica Alejandro Riaño por "crear personas clasistas"

El comediante, famoso por su personaje de Juanpis González, no fue un alumno ejemplar y pasó por varias instituciones en las que tuvo compañeros adinerados.

Por eso, Riaño llegó a hacer cosas absurdas como bajarse de la ruta en la parada equivocada para que sus amigos no descubrieran dónde vivía su papá, contó él en la revista Vea.

“En mi colegio, estrato 6, no estaba bien decir que mi papá vivía en el Centro”, dijo el humorista, sin mencionar la institución, aunque sí dijo que de ese colegio lo habían echado.

En ese sentido, en diálogo con El Tiempo, el comediante se refirió a su paso por tres reconocidas instituciones, de las que él fue expulsado, aunque no mencionó en cuál fue la que tuvo que aparentar cosas.

El humorista pasó por el Gimnasio Moderno de Bogotá, uno de los colegios privados más exclusivos de la ciudad, aunque, a manera de broma, el comediante señaló al diario que solo duró “dos días” allí.

De ahí pasó al Gimnasio Campestre, donde se sentía como el “rey del lugar” ya que todos sus primos habían estudiado en esa prestigiosa institución, en la que también estudian hijos de la élite política del país.

El comediante cuenta en el diario que el nombre del teatro de ese colegio se llamaba Camilo Pradilla en honor a su tío, y que los eventos de la institución se hacían en El Pórtico por su familia (su abuelo creó ese lugar, hoy un reconocido restaurante a las afueras de Bogotá, para compartir con sus nietos).

No obstante, su apellido no fue suficiente para permanecer en el Campestre y lo terminaron echando.

Fue cuando entró al José Joaquín Casas, pero de allí también lo sacaron por “enamorado”, según dijo él en una entrevista con El Espectador, pues se escapaba del colegio para visitar a una novia que tenía por ahí.

El comediante asegura que siempre fue “un niño problema al que no entendían” y que sus problemas de conducta no se debían más a que él estaba buscando una “salida” que finalmente encontró en el teatro.

Ahora, Riaño es reconocido por un personaje de Juanpis González que si bien es ficticio, representa a una parte de la sociedad de la que él, en sus propias palabras, hizo parte alguna vez. Sin embargo, su intención es criticar todo eso que es “exactamente como no debe ser la gente”.