Los deseos empresariales para 2024: confianza, unidad y reformas para un mejor futuro en Colombia

En las vísperas de la Navidad, las plegarias y deseos de los colombianos adquieren un matiz especial, pues la tradición de la Novena de Aguinaldos no solo constituye un espacio para el agradecimiento, sino también para la petición de bendiciones de cara al año venidero. Esta costumbre, arraigada en la sociedad colombiana, se traslada también al sector empresarial, donde los retos no dan tregua y las esperanzas y expectativas se depositan tanto en la gestión como en la anhelada ayuda divina. Según información de EL COLOMBIANO, los líderes empresariales manifiestan sus peticiones más sentidas en un periodo especialmente desafiante.

La coyuntura actual en Colombia está permeada por la incertidumbre política y económica, tensiones geopolíticas, riesgos en materia de seguridad, así como la implementación de políticas que han afectado a sectores fundamentales como el minero-energético y la construcción. A este panorama se suma el impacto que tendrá en las proyecciones económicas el cambio de gobierno previsto para 2026. Analistas de Corficolombiana advierten que la llegada de un nuevo mandatario podría reorientar la estrategia económica nacional, influyendo directamente en la recuperación o el rezago del país. Además, señalan que Colombia está perdiendo terreno en variables críticas para el crecimiento a largo plazo, particularmente en la inversión.

El análisis de Grupo Cibest coincide en subrayar una previsión de recuperación moderada para 2026, aunque advierte sobre serios desafíos en las áreas fiscal e inflacionaria. Los expertos insisten en que la estabilidad macroeconómica dependerá de mantener la confianza de inversionistas, llevar adelante reformas fiscales y asegurar la credibilidad de la política monetaria. En este contexto, los empresarios expresan cuáles son los anhelos que depositan ante el Niño Dios, buscando caminos para recuperar la inversión, la estabilidad y el crecimiento sostenible.

Las solicitudes recabadas por EL COLOMBIANO dan cuenta de deseos concretos: líderes como Jorge Mario Velásquez de Grupo Argos anhelan un presidente que promueva la unión y valore el aporte de la empresa privada. Ricardo Jaramillo de Grupo Sura clama por propósitos comunes en pro del desarrollo. Clemencia Vélez, de Bosi, pide serenidad y justicia para tomar buenas decisiones, mientras que Mauricio Campillo de Solla resalta la necesidad de seguridad, una recuperación del sistema de salud y libertad democrática en la región.

Otros dirigentes coinciden en la importancia de la estabilidad y reglas de juego claras, como argumenta Ricardo Sierra de Celsia, o en la urgencia de tasas de interés accesibles y una inflación controlada, como solicita Juan Carlos Mora de Grupo Cibest. La búsqueda de objetividad y resiliencia empresarial es el foco de Juan David Urrego, presidente de Grupo EL COLOMBIANO, quien agradece el respaldo de sus lectores y reconoce los desafíos económicos venideros. Mario Pardo de BBVA Colombia aboga por sabiduría y responsabilidad, mientras que José Ignacio López de Anif demanda un debate fiscal serio de cara a las elecciones de 2026.

El sector energético, representado por Juan Ricardo Ortega de Grupo Energía Bogotá, pide no perder la seguridad energética y avanzar en proyectos estratégicos; el de infraestructura, a través de Mauricio Ossa de Odinsa, espera que 2026 permita inversiones que reduzcan brechas sociales. Por último, Santiago Piedrahíta de Grupo Bios plantea la necesidad de fortalecer la institucionalidad, combatir la corrupción y lograr seguridad jurídica, especialmente en el agro.

Así, las peticiones empresariales en Colombia encierran un profundo deseo de estabilidad, progreso y unidad nacional de cara a un escenario marcado por la incertidumbre y la inminente transición política.

¿Qué retos fiscales enfrentará Colombia en 2026?

La pregunta sobre los desafíos fiscales para Colombia en 2026 se vuelve crucial teniendo en cuenta las advertencias de expertos citados en el texto, específicamente sobre la importancia de un debate técnico y serio alrededor de la sostenibilidad fiscal. El año 2026, al ser electoral, plantea el reto adicional de que los distintos candidatos presidenciales presenten alternativas realistas, alejadas de promesas irreales, para controlar los desbalances estructurales que se han agravado en los últimos años.

Comprender la magnitud de los retos fiscales permite evaluar la necesidad de reformas y consensos en torno a la gestión de gastos públicos, recaudación tributaria y políticas presupuestales responsables. La discusión sobre el déficit fiscal y las decisiones que deberán tomar los futuros líderes será central para la estabilidad macroeconómica y la confianza internacional en Colombia.