Gobierno coloca récord de 23 billones en TES a un solo extranjero: ¿confianza o alto costo para Colombia?

El reciente anuncio del Gobierno colombiano sobre la colocación directa de 23 billones de pesos en bonos TES (Títulos de Tesorería) a un solo inversionista extranjero, el mayor monto adjudicado hasta el momento en este formato, ha desencadenado un intenso debate en el ámbito financiero nacional. Aunque el Ministerio de Hacienda destacó este suceso como una muestra de confianza en Colombia y en sus instituciones, la atención del mercado se ha centrado principalmente en el elevado costo de adquirir esta deuda, puesto que la tasa promedio fijada fue de 13,15%, posicionándose entre las más altas registradas para este tipo de instrumentos y con vencimientos previstos entre 2029 y 2040.

Según lo comunicado por el Ministerio, esta operación marca el inicio de una relación comercial significativa, y el inversionista, cuya identidad no se ha revelado por motivos de confidencialidad, pasó a ser el mayor tenedor extranjero de TES en la historia del país, superando el volumen que manejan varios fondos privados tradicionales. El Gobierno remarcó que la llegada de este capital representa un voto de confianza en los fundamentos económicos nacionales y apuntó que podrían replicarse operaciones similares en el futuro. Sin embargo, opiniones de expertos recopiladas por El Colombiano muestran un enfoque crítico sobre la forma en que se realizó la transacción y sus implicaciones fiscales.

Felipe Campos, gerente de inversión y estrategia de Alianza Valores y Fiduciaria, señaló que la operación se ejecutó “en silencio, sin mucho aviso”, y consideró significativo que la totalidad de los bonos fuera adquirida por un solo extranjero a una tasa tan alta, lo cual impacta las condiciones generales del financiamiento estatal. Campos advirtió que la medida busca anticiparse a un incremento aún mayor de las tasas, dadas las renovaciones de deuda que se avecinan, mientras el déficit primario continúa creciendo. Así mismo, llamó la atención sobre la prima pagada al inversionista, cercana a los 500.000 millones de pesos, pues los títulos adquiridos tenían en el mercado un valor estimado de 23,5 billones.

Críticos como José Ignacio López, presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), consideraron que la jugada reflejó la mala programación fiscal del Gobierno y evidenció falta de liquidez. Destacó la escasa transparencia del proceso y el impacto que tiene emitir deuda privada a tasas de 13%. Además, algunos analistas, como Diego Montañez-Herrera, subrayan que, con este panorama, actualmente resulta más rentable para los bancos prestarle dinero al Estado que a los hogares, lo que incide negativamente en la reactivación del crédito y el descenso de las tasas hipotecarias.

Por su parte, el presidente Gustavo Petro defendió la operación señalando en su perfil de X (antes Twitter) que la emisión tuvo como objetivo refinanciar obligaciones heredadas del gobierno anterior. Insistió en que se trata de una práctica histórica, dependiente de las condiciones de las tasas de interés. No obstante, voces como la de Carolina Restrepo Cañavera recalcaron que “refinanciar también es endeudarse” porque cada nuevo TES incrementa el saldo total de la deuda y el llamado “rollover” implica asumir nuevos costos. La preocupación de fondo, según resumió Restrepo, es si el país mantiene la confianza del mercado para continuar financiando sus necesidades a tasas razonables en el mediano plazo. El exministro Juan Camilo Restrepo también alertó sobre los riesgos de financiar déficits a cualquier precio, afirmando que siempre existen intermediarios dispuestos a aprovechar situaciones de vulnerabilidad fiscal, incluso desde paraísos fiscales y cobrando comisiones inusuales.

¿Qué son los bonos TES y cómo funcionan en la economía colombiana?

Esta pregunta adquiere relevancia ante el debate surgido por las recientes emisiones y su impacto en la economía nacional. Los bonos TES, o Títulos de Tesorería, son instrumentos de deuda emitidos por el Gobierno colombiano con el propósito de financiar el gasto público y la gestión de la deuda existente. Al adquirir estos títulos, inversionistas –tanto nacionales como extranjeros– prestan dinero al Estado, que se compromete a devolver el capital más los intereses en una fecha futura pactada previamente. Las tasas de interés y las condiciones de estos bonos reflejan la confianza de los mercados y las perspectivas sobre la estabilidad financiera del país. Los TES son clave en la política fiscal, pero sus costos influyen directamente en el acceso al crédito para ciudadanos y empresas, así como en la sostenibilidad de la deuda pública.