Carulla sorprendió a sus clientes con nuevo anuncio sobre sus tiendas en Colombia
Tú navegador no es compatible para reproducir este audio
Portal de Noticias Online de la Industria de Centros Comerciales y Retailers
Visitar sitioCerrarán el año con siete tiendas más, y en los próximos tres años abrirán más de 100 nuevos supermercados en el país.
Cumplir 120 años en el mundo del retail no es tarea fácil. Este miércoles 23 de julio, en el Carulla de la calle 140 en Bogotá, el Grupo Éxito celebró esta importante efeméride. En el evento estuvieron presentes Bernardo Luque, bisnieto del fundador; Carlos Calleja, presidente del Grupo Éxito; y Carlos Mario Giraldo, gerente para Colombia de la organización.
“La promesa con la que Carulla enfrenta sus 120 años es convertirse en el supermercado de los colombianos. Esto nos obliga a estar más cerca de nuestros clientes, con un surtido más amplio, activar palancas de ahorro, implementar ofertas y promociones, y llevar esta marca —que ha sido reconocida como premium, por su calidad y su servicio— a muchas más familias”, señaló Carlos Calleja.
(Lea también: Éxito dejó sorprendido a más de uno con reciente decisión que tomó: se la aplauden)
Para Carlos Mario Giraldo, “los formatos de menos de 2.000 m² pasarán a ser Carulla, con un concepto ampliado de carnicería, panadería artesanal y más góndolas para 2.500 nuevos productos. A la fecha llevamos 26 transformaciones de la marca, alcanzando los 135 puntos de venta. Cerraremos el año con siete tiendas más, y en los próximos tres años abriremos más de 100 nuevos supermercados”.
A propósito de este aniversario, Mall & Retail presenta una crónica de una de las marcas más queridas por los colombianos.
La historia de Carulla
Don José Carulla, un comerciante catalán de la industria del caucho, llegó a América buscando una salida del caucho del Amazonas que permitiera disminuir costos y recuperar competitividad frente a Inglaterra y Holanda. Pasó meses en la selva, acompañado por un pequeño grupo de indígenas que lo guiaban, y tras recorrer centenares de kilómetros entendió el verdadero camino: abandonar la exportación de caucho.
En una nueva aventura, comenzó a trabajar desde su tierra con los llamados productos coloniales o ultramarinos, procedentes del trópico, y comprendió la importancia de tener a alguien de confianza en América. Había demanda, pero faltaba mayor rigurosidad en calidad y servicio: una obsesión visionaria que a la postre marcaría el rumbo de su empresa.
Tan pronto acumuló la experiencia necesaria e hizo los contactos, emprendió viaje a Colombia con la intención de exportar las especialidades que veía con potencial: café, quina, cuero, tabaco, algodón, caucho, entre otras. A finales de 1904 fundó la sociedad Carulla y Compañía, para administrar la exportación de estos productos que sus amigos en Europa ya esperaban. Un mes después viajó a Bogotá y, en diciembre de 1906, decidió incluir la importación y venta de productos suntuarios traídos de Europa, abriendo su primer punto de venta, al que bautizó con nostalgia ‘El Escudo Catalán’.
El almacén, que ofrecía finos productos extranjeros de rancho y licores, encontró un nicho entre consumidores desatendidos y empezó a crecer. El buen curso de los negocios permitió que José Carulla Vidal trajera finalmente a su familia a Colombia, en junio de 1909.
Sin embargo, la Gran Depresión de 1929 golpeó duramente a la empresa. La sociedad tuvo que ser liquidada y constituida de nuevo, con el mismo nombre pero nueva composición accionaria: 50 % para los hermanos Millet, 45 % para José Carulla Vidal y 5 % para su hijo, José Carulla Soler. Todos acordaron suspender las exportaciones y concentrarse en ‘El Escudo Catalán’.
La Segunda Guerra Mundial impactó al continente, y la empresa dio un giro: abrió un nuevo punto de venta más grande, que combinaba productos nacionales de consumo básico con importados de Argentina y Chile.
El novedoso concepto permitió diversificar la oferta sin perder estatus, elevando el nivel de la canasta básica —carnes, frutas, legumbres y granos— hasta entonces disponibles solo en plazas de mercado. Al aplicar los mismos estándares de calidad y servicio a estos productos, la respuesta del público fue inmediata.
Pero el crecimiento exigía mayores eficiencias, sin sacrificar la calidad. José Carulla Soler viajó a México para estudiar los avances del comercio en Norteamérica y encontró la solución: el autoservicio. Esta estrategia, desarrollada en EE. UU. tras la Gran Depresión, permitía vender más barato.
Entusiasmado, José vendió su casa, adquirió un lote y construyó el almacén con las condiciones necesarias. El 29 de julio de 1953, Carulla inauguró en el barrio El Campín el primer “mercado americano” del país, revolucionando el comercio de alimentos en Colombia.
La nueva demanda impulsó un crecimiento logístico y técnico acelerado. “Tuve que hacer un curso en Estados Unidos y aprendí mucho sobre diseño de bodegas, almacenes y manejo de transportes”, recuerda Enrique Luque Carulla, nieto del fundador, subgerente técnico (1955–67) y gerente general (1977–89).
Carulla se mantuvo a la vanguardia en tecnología, se transformó en sociedad anónima, desarrolló proveedores, creó filiales para producir pan, cárnicos y tamales, y amplió su cobertura a zonas populares (Ciudad Kennedy, 1966) y otras ciudades (Cartagena y Cali, 1971). Sin embargo, tanto crecimiento ponía en riesgo la homogeneidad del servicio, uno de sus principales valores.
En los años 60 nacieron en Colombia los supermercados de las Cajas de Compensación Familiar. “O entrábamos en una guerra de precios o buscábamos diferenciación”, recordó Enrique Luque. Carulla optó por lo segundo: reforzó su servicio al cliente, creó el formato Rápid Tiendas 2×3 (1979), incluyó comidas preparadas, contrató decoradores para sus tiendas y lanzó la División de Orientación al Consumidor.
En 1994, compró la cadena Merquefácil para llegar a estratos bajos. Pero la llegada de grandes jugadores internacionales obligaba a crecer rápidamente. En 1999, el fondo Newbridge Andean Partners adquirió el 25 % de la empresa.
Sin preverlo, la familia Carulla perdió el control accionario por la alta dispersión de socios. Newbridge, que también tenía el 30 % de Almacenes Vivero, impulsó una fusión. Aunque generó tensiones internas, la operación fue estratégica: Carulla se volvió nacional, complementó fortalezas, y se modernizó.
Los resultados fueron notables: en cuatro años, Carulla Vivero pasó de 56 a 83 Carulla; de 17 a 36 Merquefácil; y de 9 a 14 Vivero. Las ventas crecieron de $858.700 millones en 2000 a $1,5 billones en 2003, conservando los principios de calidad y servicio que la habían hecho fuerte.
El 19 de agosto de 2006, tras un proceso liderado por Credit Suisse, Newbridge, la familia Azout y ACON Investments vendieron Carulla Vivero al Grupo Éxito, entonces propiedad del francés Casino, en una operación valorada en US$ 715 millones.
(Lea también: Revelan secreto de Carulla y Ara sobre ventas que hacen a clientes; sorprendente)
La integración preservó la marca Carulla como formato premium, mientras Éxito mantuvo sus hipermercados y formatos de descuento. Las plataformas logísticas se unificaron, y la fusión fue oficializada en 2008.
En octubre de 2023, Casino y su filial GPA, agobiados por deudas por más de US$ 6.700 millones, firmaron un acuerdo para vender el 47 % del Grupo Éxito al salvadoreño Grupo Calleja, dueño de la cadena Súper Selectos, por cerca de US$ 1.020 millones. Con ello, heredaron una red de 643 tiendas en Colombia, Uruguay y Argentina convirtiéndose en los actuales propietarios.
Temas Relacionados:
Recomendados en Economía
Te puede interesar
Sigue leyendo