Las 3 inversiones que recomienda Bill Gates: muchos ni siquiera sabían que daban plata

Invertir dinero es todo un dilema que lleva a las personas a investigar cuáles son los campos más rentables y de igual forma cuáles son las formas más seguras de hacerlo.

Muchos, incluso, siguen los consejos de aquellos hombres que amasaron fortunas con empresas que cambiaron al mundo durante las últimas décadas.

(Vea también: Bill Gates dice cuáles son los tres empleos que definitivamente no eliminará la IA).

Es el caso de Bill Gates, el hoy octavo hombre más rico del mundo e ilustre por ser el artífice del gigante tecnológico Microsoft (compañía que fundó junto a Paul Allen).

Recientemente, Gates aprovechó una conferencia en París para mencionar cuáles son para él las 3 inversiones que más valen la pena de cara al futuro de la humanidad.

Las energías limpias, las centrales eléctricas y la agricultura son las 3 grandes inversiones que recomendó el multimillonario, de acuerdo con palabras recogidas por El Economista.

Gates, hoy con una fortuna de 133.000 millones de dólares según Forbes, señaló que estas son cruciales para el futuro de la humanidad y por eso serán las más rentables a largo plazo.

Por qué meter plata en energías limpias es clave para el futuro

Las energías limpias son esenciales para el futuro de la humanidad por varias razones cruciales. En primer lugar, estas fuentes de energía, como la solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica, son sostenibles y prácticamente inagotables, a diferencia de los combustibles fósiles que son finitos y se están agotando.

La adopción de energías limpias ayuda a mitigar el cambio climático al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que son responsables del calentamiento global y sus devastadoras consecuencias, como el aumento del nivel del mar, fenómenos meteorológicos extremos y la pérdida de biodiversidad.

Además, las energías limpias contribuyen a mejorar la calidad del aire y la salud pública. La quema de combustibles fósiles libera contaminantes nocivos que causan enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Al reducir la dependencia de estos combustibles, se puede disminuir significativamente la contaminación del aire y sus impactos negativos en la salud humana.